CAPITULO 10
Un encuentro que reconforta a Terry
En Nueva York Terry se encontraba encerrado en su
camerino a altas horas de la noche, el velador se sentía inquieto porque tenía
desde medio día sin salir y no sabía si tocarle ya que sabia del mal humor que
se encontraba diariamente, poco después de la media noche salió y manejo en su
coche a toda velocidad, llego a su departamento, al entrar había una joven dama
en la recepción, le llamo la atención
que una mujer estuviera a altas horas de la noche rentando un
departamento, sostenía una fuerte discusión con el encargado.
-
Le digo
que le pagare por adelantado las rentas, pero por favor necesito hoy mismo el
departamento
-
Ya le
dije que en este momento no se lo puedo entregar, hacen falta más papeleo,
requiero llenar el contrato y tener referencias suyas.
Terry se acerco para ver de qué se trataba
-
Si
quiere le puedo pagar más alta la renta pero necesito que me lo entregue ahora
mismo
-
¿Qué
pasa? – pregunto el inglés- ¿puedo ayudarle?
La joven lo miro gratamente, aun desaliñado Terry lucia
bastante buen mozo- Es que no tengo donde pasar la noche y este señor se niega
a darme un departamento
-
Ya le
explique que las cosas no son tan fáciles, es un trámite además está sucio el
único que tengo disponible
-
No
importa yo me las arreglo- insistía la joven
Terry miro detenidamente a la joven, era muy hermosa, sus
ropas eran elegantes por lo que supo rápidamente que era una mujer de buena
posición social, su piel era blanca, ojos color miel y cabello castaño claro.
-
Y que
es lo que necesita Sr. Benson, no veo el inconveniente que deje pasar la noche
a la Srita. Y mañana arreglen los documentos necesarios para el alquiler.
-
Necesito
un aval o una referencia y dice que no tiene ni una ni otra- replico el hombre
-
Yo seré
su aval si es necesario, no ve que afuera está nevando si la hecha podría
enfermar y luego sería peor- dijo molesto Terry
-
Mmm…
está bien solo porque el Sr. Graham intervino- refunfuño
-
Ho,
gracias no sabe lo que acaba de hacer por mi Sr. Graham, yo soy Laila Connor
lamento que nos conozcamos bajo estas circunstancias pero le agradezco de todo
corazón.
-
¿Dijo
Laila Connor?- pregunto con sorpresa el ingles
-
Así es,
¿le es familiar mi apellido?
-
Laila
soy Terry, no recuerdas jugábamos juntos en Londres- le dice el ingles
-
Terruce
Grancehster- dijo emocionada la chica- pero es que hace tanto tiempo ¿cómo es
que te acuerdas?
El Sr. Benson los
interrumpió de su conversación -Acompáñenme el departamento se encuentra en el
2º piso-dijo a regañadientes
-
Permíteme-
dijo Terry al tiempo que tomaba la valija que había tomado la chica- te ayudare
con tu equipaje
Todos subieron al segundo piso y el Sr. Benson abrió el
departamento, Terry dejo las maletas y observo el departamento que estaba algo
polvoso.
-
Muchas
gracias, y bien dime ¿qué haces en Nueva York?- pregunto interesada la dama
-
Hace
varios años decidí venir a probar suerte, y ¿tú qué haces aquí y a estas horas?
-
Es una
larguísima historia, pero vengo buscando algo
-
¿Y tu
padre como esta?
La chica se puso algo triste- hace 4 años falleció
-
Lo
siento mucho no me entere- dijo un tanto apesarado
-
Fue un
paro cardiaco mientras dormía, pienso que no sufrió
-
Es una
pena era buen amigo de mi padre, recuerdo que jugábamos Frak, Sara, tu y yo a
las escondidas y tu padre siempre buscaba los escondites más increíbles- sonrió
el ingles
-
Si era
muy divertido pero cuando llegaba tu papá teníamos que correr Sara y yo a
escondernos para que no se diera cuenta que unas damas estaban jugando con
hombres
-
¿Y no
has sabido nada de Frank y Sara?- pregunto interesada la chica
-
De
hecho su padre trabaja aquí, ellos están en Chicago y Frank es un reconocido
cirujano y Sara también estudio medicina
-
¡En
serio!-dijo llena de emoción- que bueno que lograron su sueño quien iba a
pensar que venir a América sería lo mejor para ellos.
-
Si es
lamentable las circunstancias por las que dejaron Londres, pero al parecer fue
lo mejor para todos.
-
Si muy
lamentable pero me alegro que la vida los haya recompensado-dijo pensativa
-
Laila…
¿sigues enamorada de Frank?-pregunto con curiosidad
-
Terry
como me preguntas eso- dijo la chica ruborizada y con grandes ojos
-
Vamos
no me digas que no sentías nada hacia él-la miro expectante
-
Pe..pero ¿por qué haces esas suposiciones?
-
Yo lo
sabía, Sara lo sabía, no sé si Frank lo sabia o sospechaba algo así que no te
avergüences que tu secreto siempre estuvo a salvo conmigo- sonrió
-
De
veras Sara lo sabia- dijo con grandes ojos- entonces Frank lo sabía también,
que pena
-
No es
penoso, creo que a Frank le agradabas, cuando te fuiste se le veía triste y
constantemente mencionaba lo aburridos que se hacían los días sin ti
-
¿Eso
decía?-pregunto con sorpresa
-
Si
algunas veces, trepaba a un árbol y ahí pasaba buen rato pensativo, después de
algunos intentos por llamar su atención se rendía y saltaba corriendo a tratar
de alcanzarme
-
Jajajaj-
rio la chica- siempre estabas provocándonos
-
Si era
mi entretenimiento- sonrió el ingles
-
¿Y cómo
diste con el Sr. Curtis?
-
Esa
también es otra historia bastante larga, el está atendiendo a mi prometida
-
¿Estás
comprometido?- pregunto sorprendida
-
Así es,
pero después te cuento ya es muy tarde
-
Tienes
razón, creo que tenemos mucho que contarnos
-
Pues
entonces te dejo si necesitas algo no dudes mi departamento está arriba puedes
ir con toda confianza.
-
Muchas
gracias, me dio tanto gusto que nos encontráramos- dijo la joven algo
conmovida, luego se abrazaron fraternalmente
-
Nos
vemos mañana entonces
-
Hasta
mañana
Terry se retiro a su departamento, con un grato recuerdo
de sus amigos, le parecía tan extraño que Laila hubiese llegado a esas horas de
la noche buscando un departamento, tenía mucha curiosidad por saber que la
había traído a Nueva York, por su parte Laila pronto dejo todo su equipaje en
la entrada del departamento, fue a la habitación y sacudió bien la cama para
poder dormir, antes de dormir se sentó un momento y pensó – bien ya estoy en
América, mañana mismo le escribiré al Conde Rosell, espero poder encontrar lo
que busco pronto- se quito una cadena con un guardapelo y dentro estaba la foto
de un hombre mayor- papá prometo que terminare tu trabajo, se lo mucho que
trabajaste y lo lejos que llegaste, por la amistad que los unió al Conde y a
ti- lo guardo y se dispuso a dormir.
A la mañana siguiente Laila se puso de pie muy temprano,
se aseo y salió a buscar algunas cosas, al regresar limpio su departamento y
termino de instalarse, tomo una pequeña canasta y puso unas galletas y un poco
de fruta, y salió rumbo al departamento de Terry, toco la puerta, Terry que aun
seguía durmiendo se despertó con el ruido de la puerta- maldición quien puede
ser a estas horas- se puso de pie y pregunto – ¿quién es? –
-
Buenos
días soy Laila- respondió la joven
Terry se puso una bata rápidamente y se aliso el cabello
con los dedos, luego abrió
-
Buenos
días, perdón pero estaba dormido.
-
Disculpa
no quise despertarte pero como ya pasan de las 9 pensé que ya estarías de pie,
solo vengo a traerte esta sesta como agradecimiento por lo que hiciste anoche.
-
No
debiste molestarte, lo hice con gusto- asintió el inglés- ¿gustas pasar?
-
Ho no,
tengo cosas que hacer solo vine rápidamente
-
Qué te
parece si tomamos un café más tarde, necesito platicar con alguien conocido
-
Es una
buena idea también tengo mucho que platicarte, te parece a las 4 p.m.
-
Perfecto,
yo paso por ti a esa hora
-
Entonces
nos vemos luego- asintió la joven
-
Hasta
pronto y gracias- dijo Terry tomando la cesta.
La joven se retiro rápidamente , llego a su departamento
y nuevamente Salió hacia la calle, en busca de la familia Curtis, no le tomo
mucho tiempo dar con la dirección, al llegar saludo afectuosamente a la Sra.
Curtis, sin embargo el Sr.Curtis no se encontraba en casa, pasaron la mañana
poniéndose al día sobre todo lo sucedido en los años que estuvo en Escocia,
Londres y Australia, también le conto sobre su búsqueda y las pistas que tenia
para continuar con ella, al termino se despidieron, prometiendo volver a verse.
Terry pronto se aseo y se dispuso a desayunar buscando en
la cesta su contenido, sonrió al ver la fruta y las galletas, y de muy buen
humor termino y también salió rumbo a la
casa de Susana para llevarla a sus terapias.
Candy desayuno en la mansión, Albert la puso al tanto de
los preparativos para la fiesta Navideña, por lo que la rubia se puso contenta
de saber que todo iba bien, después Albert la llevo al Hospital , notaron que
había más gente de lo habitual, personas afuera esperando y gente corriendo.
-
Pareciera
que algo sucedió – indico el rubio
-
Posiblemente
haya llegado un tren lleno de heridos, es mejor que me apresure, será un día de
mucho trabajo- dijo Candy con un gesto de preocupación.
-
Por
favor cuídate pequeña, ¿te veré en la mansión hoy?
-
Me
gustaría mucho ir pero tengo que asear el departamento, ya son muchos días que
está solo.
-
Te
entiendo, entonces cuídate por favor.
-
Claro
que si nos vemos.
Candy entro a la sala de urgencias que estaba repleta de
gente, todos desesperados buscando personas, otros esperando noticias. Cuando
Frank vio a Candy le hablo para que le ayudara con un paciente- Candy esto es
una locura, necesito que sutures y en un momento más ingresaremos a una
operación.
-
Claro
que si, ¿pero qué es lo que paso?- pregunto con mucha angustia
-
Se
descarrilo el tren que venía con heridos y pasajeros de Philadelphia, hay
muchísima gente herida
-
Santo
cielo, como pudo suceder todo esto- Candy alzo los ojos y miro toda la sala
llena de gente herida.
-
No lo
sé pero será un día muy duro.
La joven comenzó de inmediato a atender heridos, así paso
el resto del día trabajando arduamente para dar la mejor atención a los
pacientes.
En Nueva York, Terry toco puntualmente a las 4 en la
puerta de Laila, ambos salieron en el
coche de Terry llegando a una bonita cafetería, donde duraron horas poniéndose
al día con lo que había pasado en todos los años de no verse.
-
Y bien
¿comienzas tú o yo?- pregunto el ingles
-
Yo-
indico la joven tomo aire y comenzó- después que tu entraste en el Colegio San
Pablo mi padre me envió a Autralia a un colegio de señoritas hasta cumplir los
18 años luego estudie leyes en Londres, cuando regrese me entere que tanto tu
como Frank y Sara se habían ido de Londres, continué estudiando y ayudando a mi
padre en su trabajo, me involucre tanto que cuando él murió yo seguí con lo que
el dejo pendiente.
-
¿Y en
que trabajaba tu padre?, recuerdo que era abogado y ayudaba a mucha gente con
sus asuntos para darles mejores condiciones de vida.
-
Asi es
Terry- asintió la joven- el era abogado y fue contratado por el Conde Rosell no
se si lo hayas conocido
-
Mmmm….
El tuvo un problema muy grave con el parlamento , creo que hasta fue acusado de
conspiración para matar al rey y también estuvo involucrado el Sr. Curtis
-
Si mi
padre llevo su caso y demostró su inocencia, luego el conde lo contrato como
investigador para buscar a su hija
-
¿Pero
tiene una hija y un hijo no?
-
Así es,
pero tuvieron una hija mayor, cuando lo exiliaron a Australia la esposa se fue
también con él, ella se perdió en el bosque y encontró un refugio pero no tenia
alimento, la niña estaba muy pequeña y ella la alimentaba, un día fue a buscar
comida y cuando volvió ya no estaba, la busco por días y pensaron que la niña
había sido devorada por algún animal, pero no pudo ser cierto ya que no
encontraron rastros de sangre, la Condesa cayó en una especie de limbo, no
hablaba la encontraron vagando por un camino donde la acogieron unas monjas y
la atendieron, paso mucho tiempo y mi padre logro liberar al Conde de Rosell,
el abuelo de Frank estuvo también muy involucrado el hizo que lo echaran pero
descubrieron que el Conde de Giraldi fue el que les tendió una trampa para
quedarse con el puesto del Conde de Rosell, cuando todo se arreglo y el Conde
pudo volver a Londres habían pasado ya dos años, tu padre el Duque de Granchester
apoyo mucho al Conde de Rosell, el arreglo todo para que le regresaran su
puesto, sus propiedades y le pidieron perdón públicamente.
-
¡Perdón!-exclamo
Terry- como si así se arreglaran las cosas, perdió una hija y perdió 2 años de
su vida solo perdón y ya- meneo la cabeza en señal de rechazo
-
Así es,
luego la Condesa fue atendida y se fue recuperando, se embarazo y tuvo a su
hijo Daniel, su vida volvió a tener sentido, pero no se resignaba a la pérdida
de su hija, luego comenzaron una búsqueda, contrataron a varios detectives pero
fueron puros estafadores, hasta que mi padre le ofreció que el la buscaría,
pero ya habían pasado 5 años, la Condesa ya tenía a Margaret la hija menor, iba
a ser difícil pero mi padre tenía mucha fe en que podría dar con la niña.
-
Y que
paso entonces,
-
pues
comenzó a buscar en Australia, tardo mucho tiempo en dar con pistas casi 10
años a veces pensaba que el Conde daría por terminada la búsqueda pero la
Condesa sufría en silencio la ausencia de su hija mayor, por eso nunca desistieron,
cuando mi padre murió había dado con una mujer, que le dijo que cerca de su
casa vivió una Señora de color le conto que un día llego con una bebe rubia, lo
que le llamo la atención, pero luego sobrevino la muerte de mi padre, el Conde
quedo muy afectado y como yo siempre estaba con mi padre en su investigación le
pedí que me diera la oportunidad
-
¿Entonces
eso es lo que haces?, eres una detective- exclamo el ingles
-
No lo sabía
pensado así pero sí, eso soy,
-
¿Y qué
paso entonces?- pregunto muy interesado
-
El
Conde lo dudo pero la Condesa fue quien dio su consentimiento, así que yo
regrese a Australia, busque a la mujer y me dijo que al mes de que llego con la
bebe se fue del país, investigue en las listas de pasajeros de esa fecha, por
fin di con el nombre de esa mujer Sofia Pater, se embarco a Nueva York, que es
donde me encuentro, tengo mucho por delante pero hay algo que me dice que estoy
cerca
-
Me da
gusto, realmente me ha dejado sorprendido la vida del Conde Rosell-dijo
pensativo
-
Es una
pena su vida no ha sido fácil, su esposa es fuerte, pero sé que sufre sus ojos
lo dicen, son unas personas tan generosas, de buen corazón.
-
Así que
te quedaras un tiempo aquí.
-
En
tanto mis investigaciones no me lleven a otro lugar si- sonrió- y dime qué hay
de ti, ¿cómo conociste a tu prometida y porque la atiende el Sr. Curtis?
-
Yo he..
pues por dónde empezar, - titubeo-ella perdió una pierna al salvarme a mí de
una muerte segura, desde entonces nos comprometimos.
-
A ver
no entiendo- dijo la chica algo confundida- eso es todo, porque algo no me
acaba de convencer y es el hecho que después que te salvo te comprometiste con
ella
Terry respiro hondo- es muy larga la historia
-
Tenemos
toda la tarde por delante- sonrió ella
-
Creo
que eres buena como detective- sonrió- bien empezare, hace ya varios años de
regreso a Londres en el Mauritania conocí a una chica, después en el colegio
San Pablo la volví a ver, ella también estudiaba ahí, en un principio todo eran peleas y
enfrentamientos, pero yo solo la provocaba para poder estar cerca de ella, poco
a poco se fue metiendo en mis pensamientos, en mi corazón, me enamore
perdidamente de ella, pero nos tendieron una trampa, yo tuve que dejar el
colegio para salvarla a ella, llegue a América y comencé a buscar trabajo como
actor, mi madre me apoyo desde entonces
-
Entonces
¿tú y tu madre ya se reconciliaron?- pregunto emocionada la joven
-
Si-
indico el inglés- y gracias a Candy así se llama, comencé a trabajar con el
único objetivo de un día cruzar el mar y traerla conmigo, pero luego nuestros
caminos se volvieron a cruzar cuando fui a Chicago allí la volví a ver, se había
convertido en una hermosa enfermera
-
¡Vaya!
¿Y qué paso?, pero haber entiendo que ¿ella no es tu prometida verdad?
-
No-
dijo secamente- después de vernos empezamos a escribirnos, nos hicimos novios,
luego conseguí el papel de Romeo en la obra de Romeo y Julieta, ella por su
parte termino sus estudios en enfermería, yo la invite al estreno quería que se
quedara conmigo aquí en Nueva York casarme con ella y formar una familia, pero
….- Terry se detuvo y tomo aire- sucedió lo del accidente, Susana interpretaría
el papel de Julieta, ella estaba enamorada de mi, pero yo le dije que mi
corazón ya pertenecía a alguien más, después del accidente perdió una pierna,
cuando llego Candy no pude decirle lo que pasaba, pero ella se entero en el
teatro, fue a verla al hospital, Susana iba a suicidarse y Candy la salvo a
ella, se dio cuenta que haría cualquier locura por lo que decidió regresar a
Chicago y no cruzarse más en el camino de Susana y mío.
-
No
puede ser- dijo Laila indignada- ¿por qué aceptaste el compromiso? es que por
lastima no se hacen las cosas.
-
Su
madre me presiono y me sentía tan culpable que no tuve opción supimos que no
podríamos ser felices nunca, le di mi palabra que me casaría con ella, desde
entonces he estado al pendiente de su salud, hasta hace tiempo sentía dolor en
las piernas, por suerte el Dr. Curtis la está atendiendo pero un riñón ya no
funciona se lo van a operar, Frank será quien opere pero hasta Febrero.
-
Es
sorprendente tu historia, ¿y ella? ¿has sabido de Candy?
-
Si
precisamente hace poco publicaron una foto de ella con su tutor muy cariñosos,
además yo mismo los vi juntos en una fiesta reían y se veían felices- lo dijo
en tono irónico
-
Tu
mejor que nadie sabe lo que fabrican los diarios y lo de la fiesta pues era una
fiesta ¿no?, además por lo que me has
contado intuyo a Candy como una chica con un gran corazón, no cualquiera
renuncia al amor de un hombre y entregárselo a otra mujer que ni siquiera lo
ama, es mas creo que ni se ama a si misma
-
¿Porque
lo dices?
-
Se
quiso suicidar, ¿no? Y te chantajeo con el asunto de su pierna así que alguien
asi no sabe lo que es amar.
-
Te oíste
como mi madre, empiezo a darles la razón
-
¡Como!-exclamo
la chica- creo que no te funciona bien el cerebro Granchester
-
Laila-
sonrió el inglés- así me decías cuando te burlabas de nosotros, te aprovechabas
porque eras mayor
-
No solo
por eso, porque soy muy lista
Terminaron su café y regresaron al edificio eran casi las
9 de la noche, cada uno entro en su departamento, Terry se sentía más contento
por haber encontrado a una amiga muy querida, Laila se quedo pensativa en la
historia de Terry se le ocurrió la idea de actuar como Cupido, quería buscar a
Candy e investigar que paso con ella pero por el momento tenia asuntos de mas
prioridad.
Todo ese día Candy no paro de trabajar, apenas y se tomo
15 minutos para comer un emparedado, el turno se extendió hasta las 10 de la
noche, aun así había muchísima gente en espera de noticias de familiares y
conocidos, Candy salió del Hospital con un nudo en el estomago, ese día
murieron varias personas y tuvo que dar las malas noticias a los familiares, no
podía borrar de su mente las escenas de desesperación, mientras caminaba
gruesas lagrimas rodaban por sus mejillas, lloraba de tristeza por no haber
podido salvar la vida de esas personas, en el trayecto Frank la alcanzo para
acompañarla.
-
Candy
¿qué pasa porque lloras?- pregunto angustiado al verla llorar
-
Fue el
día, no te preocupes- dijo limpiándose las lagrimas
-
Vamos
no debes llorar- la detuvo tomándola del brazo- así hay días y hacemos todo lo
posible, no es culpa de nadie
-
Es que
también tuve que dar la noticia a los familiares de los fallecidos, como
olvidar su expresión de dolor - se le llenaron de lagrimas los ojos
-
Lo
lamento debí acompañarte- Frank la tomo de las manos- ya paso lo más difícil,
pero escucha, en Francia las cosas son peor, debes estar segura de querer ir
Candy perdió la mirada en la distancia sin decir nada- es
solo que me falta experiencia, pondré de mi parte para no impresionarme tanto,
pero es tan difícil mantenerse frio ante estas circunstancias
-
No es
cuestión de frialdad- continuaron caminando- es solo que es necesario superar
algunas pruebas, porque lamentablemente la vida sigue, los pacientes seguirán
llegando por eso debemos tener fría la mente y seguir atendiéndolos de la mejor
manera.
-
Si
entiendo, pondré todo de mi parte para ser mejor cada día.
-
Así esta
mejor- caminaron un poco mas y llegaron al departamento- te dejo, mañana puedes
llegar a las 9
-
Ho no
es necesario, yo estoy bien.
-
De
cualquier manera es para que estés mas descansada y rindas mas- sonrió Frank
-
De
acuerdo, entonces nos vemos
-
Candy-
Frank la detuvo acercándola a él-¿puedo darte un beso?
-
Pero….-
Candy se puso un poco nerviosa
-
En la
mejilla
-
Pues…
si está bien- dijo tímidamente
Acto seguido Frank deposito un cálido beso que estremeció
a la rubia, un tanto nerviosa se retiro y subió corriendo las escaleras, Frank
espero hasta ver la luz del departamento prendida y se retiro, Candy se sentó
en su cama y medito un momento sobre lo que había pasado, realmente le había
gustado el gesto del caballero, sin embargo recordó que un día un joven rebelde
le robo un beso que la marco de por vida- no no puedo compararlos no es justo
para ellos, Frank es tan diferente y Terry- suspiro- mi Terry tan impulsivo
pero con un corazón tan hermoso- se puso de pie y dijo- Dios ¿qué clase de
señales me estas mandando?- dejo su abrigo y limpio un poco antes de irse a
dormir.
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