CAPITULO 16
El
dolor de dos almas
Al día siguiente Candy empezó su día como siempre, aunque pensaba
constantemente en Terry trato de mantenerse en calma, Frank noto ese cambio en
Candy pensó que por fin estaba tomando las cosas con más tranquilidad, ese día
el había tomado la decisión de hablarle sobre sus sentimientos, salió del
hospital rumbo a una florería que estaba cerca para comprar el más hermoso ramo
de flores, mientras tanto en el Hospital un hombre mayor había ingresado estaba
muy delicado debido a un fuerte dolor en el pecho, se hizo un escándalo ya que
el hombre llevaba consigo un perro y él no quería dejarlo afuera por ningún
motivo, les decía a los doctores que él era su guía y que a donde él iba el
perro lo seguía, Candy y Sara se encargaron del asunto, Candy recordó la
ocasión cuando el Sr. Mc Gregor llamaba repetidamente a su perra Mienna, así
que abogo a favor del hombre para que dejaran a su perro pasar, cuando se
entero el Dr. Curtis mando llamar a la joven rubia
-
Candy, ¿cómo
es posible que estés de acuerdo con que el perro permanezca en el Hospital? –
pregunto seriamente
-
Dr. Curtis, entiendo que no se permiten
animales, pero el hombre es ciego y el perro lo ha guiado durante muchos años,
es por eso que sería inhumano separarlo de su única familia
-
No me
habían informado que era invidente, en ese caso… - daba vueltas por la oficina – mira este es un Hospital muy estricto, y por ningún
motivo deben ver ese animal
-
Le
aseguro que nadie lo verá me encargare de eso – dijo la chica mirándolo a los ojos
-
Está
bien pero es tu responsabilidad ahora,
-
Bien no
se preocupe doctor – la chica se levanto
y se marcho
En la florería, Frank no sabía entre cuales flores
escoger, un joven de cabello negro se acerco hasta el con una sonrisa – Amigo ¿como estas?
Frank se volvió
para ver al caballero – Hola Terry, que
coincidencia, ¿también vienes a comprar flores?
-
Si ,
comprare un ramo de 12 rosas rojas
-
¿Son
para Susana? – indago el joven
-
No, son
para una persona muy especial para mí – dijo ilusionado
-
Así que
hay alguien – dijo el rubio con media mueca
-
No es
lo que piensas Frank, la historia entre Susana y yo siempre ha sido fría, mi
compromiso con ella es mera obligación no es que la ame.
-
Entiendo,
no te juzgo, espero me tengas la confianza para que me platiques – sonrió
-
Por
supuesto, y bien que vas a elegir tu, me imagino que son para tu Ángel
-
Si hoy
le hablare de mis sentimientos, creo que elegiré lo mismo que tu, rosas rojas
aunque me temo que podría asustarse
-
Si la
amas no lo dudes, la vida se va demasiado rápido
-
Si lo sabré
yo, entonces elegiré igual
-
Por
cierto Frank ahora habrá una función en el teatro, quiero aprovechar para
invitarte a ti, a Sara y ….. a tu Ángel
-
Deberás
– dice entusiasmado – creo que todos necesitamos un respiro, será fantástico
poder verte actuar
-
Mira aquí tienes son tres boletos en un palco
privado para que nadie los moleste
-
Gracias
Terry y me imagino que también invitaras a la dueña de estas rosas – pregunta
con curiosidad
-
Claro
que si ahora que la encontré no deseo otra cosa más que verla cada día – le
sonríe
-
Entonces
vayamos no hagamos esperar a nuestras damas
Ambos jóvenes salieron bastante contentos del lugar, al
llegar al Hospital Frank fue en busca de Candy, Terry fue a recepción para
preguntar dónde estaba Candy – Perdón, ¿La Dra. White?
-
Ah
Candy, ella está en los jardines joven, con un canino – dijo algo mortificada la mujer
-
¿Canino?-
pregunto el inglés
-
Hizo un
zafarrancho para que dejaran entrar a un perro de un paciente
-
¡Vaya!
– exclamo y se dirigió a los jardines pensando para sí – nunca cambiaras, siempre abogando por los demás
Terry caminaba por un corredor cuyos ventanales daban al
jardín, Sara venía en sentido opuesto por el mismo corredor, el ingles
distinguió la figura de la rubia quien jugaba con un pastor alemán, sonrió al
verla haciendo piruetas y gestos para entretener al perro, en ese instante también
observo un caballero que se dirigía a la rubia llevando un ramo de rosas rojas,
el rostro de Terry se transformo al mirar aquella escena, Candy recibía aquel
ramo, sin duda se había sorprendido, el joven la invito a tomar asiento y tomo
su mano, Terry miraba atónito la escena cuando Sara llego a su encuentro y con
una sonrisa le dice
-
¿No
hacen una bonita pareja?
-
He……- el ingles se encontraba ausente- si eso creo
-
Parece que
todo mundo regalara rosas- dice la joven mirando el ramo que sostenía Terry
-
Ha es
que yo….- aun sintiendo un nudo en el
estomago no sabía que decir – solo me
parecieron hermosas y las quise comprar para mi madre
Ambos seguían mirando la escena en el jardín
-
Sabes hace tiempo que se conocen-dice la joven
indicando a la pareja – desde que la
conoció Frank quedo flechado, y aunque ella aun no abre completamente su
corazón nuevamente al amor se que siente algo muy especial por el
-
Así es
que la chica es de quien tanto ha hablado
-
Si ella
es, cuando se conocieron ella lo confundió con un amigo de ella, luego se
hicieron amigos y al parecer ella estaba sufriendo por alguien pero creo que ya
olvido a esa persona, eso espero.
Terry no dejaba de ver la escena, Candy se había puesto
de pie repentinamente y Frank fue tras ella, algo había pasado, el ingles pensó
que era una tortura seguir mirando ese espectáculo
-
Me
retiro Sara – dijo con voz seria – iré a ver a Susana
-
Nos
vemos Terry, que tengas un hermoso día – dijo la joven sonriendo
-
¡Si claro! – murmuro para si en tono irónico
Terry salió lo más rápido de aquel lugar, hecho las
flores en un bote de basura y se dirigió a un parque cercano – ¡Maldición! – Se
repetía - ¡Maldición Candy! – se pasaba la mano por su cabello y caminaba como
loco de un lado a otro – Porque Frank,
porque tu - llego a un gran árbol y dio un puñetazo, luego otro y otro más, de
tal manera que se hizo daño en los nudillos haciéndolos sangrar, el ingles no
se daba cuenta no sentía dolor, solo quería desquitarse con algo - ¿porque
tenias que aparecer de nuevo Candy?- seguía gritando lleno de dolor - porque
fui tan idiota de ir a buscarte, si ya había decidido olvidarte - luego se tiro
al piso llorando amargamente y de un momento a otro comenzó a reír con fuerza –
heme aquí interpretando el mejor papel de mi vida, el imbécil que se enamoro de
ti y del que decidiste huir – seguía riendo, luego poco a poco se fue tranquilizando, se dio cuenta que
debía volver, debería seguir cumpliendo con la obligación que tenia con Susana,
después de unos minutos sentado en una banca regreso al hospital, al llegar se
topo con el Dr. Curtis quien lo invito a su consultorio para hablar de la evolución
de Susana en los días que estuvo ausente.
En los jardines del Hospital una chica rubia no salía de
la sorpresa que le causo la propuesta del joven Doctor – Frank esto me tomo por sorpresa, tu detalle es
hermoso y agradezco tus sentimientos hacia mí, pero aun no estoy segura de lo
que siento.
-
Entiendo
Candy – dijo tristemente – discúlpame si te hice sentir incomoda con mi acto
-
Claro
que no me haces sentir incomoda, por el contrario me siento muy halagada –indico
la rubia – pero por el momento quisiera un poco más de tiempo
-
Entonces,
entiendo que cabe la posibilidad – dijo tomando su barbilla
Candy se sintió en las nubes por un momento al mirar los
ojos azules de aquel caballero – Frank, desearía tanto que mis sentimientos fueran
claros en este momento, poder quererte como te mereces – dijo bajando su mirada
-
No
Candy, no te sientas mal – volvió a
acariciar su rostro – tus palabras me
dan una esperanza, esperare el tiempo que necesites
-
Gracias
– dijo la rubia – por comprender
-
Descuida
– miro su reloj – debo regresar de inmediato, no te demores, creo que
el perro puede quedarse en la parte de atrás – dijo mirando el canino
-
Ho si
es verdad, iré a dejarlo – dijo Candy
La joven fue a buscar sitio para el perro y Frank se
dirigió al consultorio de su papá, al llegar saludo amablemente al ingles quien
lo recibió un tanto distante y frio, Frank notó algo diferente en Terry pero no
se atrevió a decir nada, ni su padre ni él se percataron de la herida que tenía
en su mano, por lo que continuaron con los asuntos referentes a su prometida.
En el consultorio el galeno informaba sobre la salud de
la prometida del ingles – La evolución
de Susana es muy favorable – indicó el Dr. Curtis – es una joven muy fuerte, si sigue así la daremos
de alta en un mes aproximadamente
-
Esa es
una buena noticia – dijo Terry en un
tono muy serio
-
Así es
amigo, se recuperara por completo en casa con los cuidados adecuados
En ese momento se abrió la puerta entrando una joven
rubia cuyo corazón pareció detenerse al encontrarse con unos ojos color zafiro
que la miraron penetrantes y llenos de dolor.
-
Candy qué
bueno que llegas – dijo Frank tomándola
de la mano, acto que para Terry no paso desapercibido
-
Gusto
en verla de nuevo Dra. White – sonrió el
galeno – espero que haya encontrado
sitio para el canino
-
Si –
apenas contesto sintiendo que la voz no podía
salir de su boca
-
Ven – dijo
Frank – quiero presentarte a Terruce Ganchester mi amigo de
infancia, compañero de juegos y el mejor actor de Broadway – sonrió el rubio
-
Es un
placer conocerla Srita. – dijo haciendo
una reverencia – no sabe cómo nos ha
hablado Frank de usted – dijo mirándola
a los ojos
Candy estaba temblando sentía que su rodillas se
doblarían en cualquier momento - mucho gusto Sr. Granchester – contesto tímidamente
En ese momento toco la puerta una enfermera – Doctores Curtis – dijo dirigiéndose a padre e hijo – en recepción los buscan un grupo de militares
-
Ho
cierto – indico el Dr. Curtis – debemos ir Frank, necesitamos ver todo lo del traslado
a Francia
-
En este
momento papá – dijo frunciendo el ceño
-
Si
iremos a la sala de juntas – indico el
galeno
-
Ni
hablar – dijo o el rubio – Candy confió
en que eres una excelente anfitriona y atenderás a mi amigo de la mejor manera
-
Bueno
los dejamos – dijo el Doctor acompañado
de Frank saliendo del consultorio dejándolos solos.
Candy permanecía en el mismo lugar, no podía ni siquiera
moverse, mientras que
Terry camino hacia la ventana mirando hacia el exterior
Terry camino hacia la ventana mirando hacia el exterior
-
Terry
yo…. – en ese momento el ingles la
interrumpe
-
¡Cállate
Candy! – dijo lleno de rencor – no quiero ni siquiera escucharte
-
Yo no sabía
que tu y Frank eran amigos – dijo tratando de explicar
-
Como
puedes ser tan hipócrita – continuó el
ingles – como puedes fingir de esa
manera
-
De que estás
hablando – dijo Candy – yo no tenía idea que tu y Frank eran amigos desde
su infancia
-
Ahora
me vas a decir que nunca te menciono siquiera mi nombre o apellido – dijo girándose hasta quedar frente a ella
-
Claro
que no – dijo mirándolo firmemente – si hubiera sabido nunca habría aceptado quedarme
en el Hospital
En ese momento Terry recordó que Candy había operado a
Susana - ¡Maldición! - exclamo mirando a Candy de manera angustiada
-
¿Que
pasa? – la chica ya no sabía que esperar
del ingles
-
Tu
operaste a Susana ¿no es así?
-
Si –
dijo asustada – tampoco sabía que se
trataba de ella
-
Y de
haberlo sabido te hubieses negado – afirmo
-
Te equivocas,
para eso soy doctora para salvar vidas – contesto la chica
-
Claro
Candy la generosa, la hermanita de la caridad – dijo en tono irónico
En ese momento la chica se armo de valor portando como
escudo su sencillo uniforme blanco y encaro al ingles, si años atrás ya sabía cómo
dominarlo no tenia porque ser diferente ahora – Basta Terruce Granchester – dijo alzando la voz – deja de hablar de esa manera, sigues comportándote
como un muchachito berrinchudo – Terry se giro sorprendido de las palabras de la
rubia – estoy cansada de tus insultos y
tu necedad, siempre encerrado en tu mundo y en tus propios miedos juzgando a
los demás precisamente por eso porque tienes miedo de encarar a tus propios
demonios que son los que no te dejan seguir adelante, piensas que tu sufres más
que nadie te sientes el mártir de la historia no es así – la chica había hablado sin detenerse
-
Pero qué
demonios – dijo el ingles en tono
molesto – ahora vas a venirme a hablar
tu de miedos, cuando tú te estuviste escondiendo de mi todo este tiempo – dijo retándola -
¿entonces porque no diste la cara? – la tomo del brazo
-
¡Suéltame!
– dijo zafándose – si me escondí de ti, pero no por miedo sino
porque te conozco bastante bien, eres impulsivo y sabia que ibas a cometer una
locura
-
Según
tu qué locura – dijo mirándola a los
ojos
-
No
fuiste a meterte a mi dormitorio anoche – le dijo firmemente – a esas locuras me refiero
-
Y que
querías que hiciera si llego y me entero que has estado escondiéndote, ¿acaso
te avergüenzas de algo Candy?
-
Pero
que estas insinuando – Candy estaba
molesta – ya veo que no has cambiado
nada, la misma actitud arrogante de siempre, haciendo suposiciones tontas – se paro frente al gran ventanal con sus ojos
inundados
-
Vi tu
foto con Albert, y antes vi otra foto tuya con Neil, sigue Frank luego ¿quien más?
- dijo lleno de celos
-
Pero
que estás diciendo – se giro para quedar
frente a él – no tengo por qué
contestar - dijo –
no me interesa lo que piensas
-
Tal vez
porque tengo razón – dijo sin dejar de
mirarla
-
Vives
tan encerrado en tu mundo que te ciegas
-
Y tu
vives por los demás, tomando decisiones que no te corresponden, evitándoles
tomar sus propios riesgos no es así – le replico Terry
-
¿Pero
de que hablas ahora? – pregunto confundida
-
Aquella
noche tu decidiste por mí, usaste tu bondad conmigo sin siquiera preguntarte si
era lo mejor para ambos, decidiste que Susana sería feliz conmigo, pero como lo
sería a lado de un infeliz que amaba a otra mujer, los sentimientos no se
desvanecen de un momento a otro, tal vez lo único que buscabas era un pretexto
para alejarte de mí, tal vez tu ya tenias otros planes, no es así, contéstame –
grito el ingles
-
Terry
yo pensé que Susana sería feliz a tu lado, además estaba decidida a cometer una
locura y lo sabes - contesto asustada
-
Y no
hubiera sido mejor hablar, en vez de huir, pero como siempre actúas por los
demás, impidiéndoles correr sus propios
riesgos, lo único que puedo entender ahora es que ni siquiera me amaste un poco
-
Como te
atreves a decir eso - dijo la rubia - no tienes la mínima idea de lo que ha
sido este tiempo para mi
-
De
haberme amado hubieses luchado por nuestro amor
-
Y tú qué
hiciste, dejaste que me fuera y yo entendí que hacia lo correcto, tu tampoco
hiciste nada - le replico
-
Claro
que hice te busque fui a Chicago ebrio y sin equilibrio, sin dignidad, envuelto
en miedos, pero Albert mi querido amigo Albert, me encontró, me hizo entender
que yo debería cumplir con mi parte ya
que tú estabas saliendo adelante y desde una colina te vi tan contenta
atendiendo a esos pequeños
-
No es
cierto tu nunca me buscaste – dijo la
rubia sin entender – Albert nunca me
dijo nada
-
Si lo hice,
deseaba verte, mirarme en tus ojos, abrazarte, pero no quería que me vieras en
ese estado me avergonzaba de mi mismo, fue como un pacto entre Albert y yo que
nunca supieras que estuve ahí – dijo el
ingles
Candy
estaba confundida, permanecía frente al ventanal tratando de entender y acomodar las cosas en
su cabeza, de nada serviría discutir más y encontrar culpables. Terry estaba
lleno de dolor y al igual que Candy necesitaba entender la cruel burla que el
destino les estaba haciendo.
-
Terry
de nada sirve seguir con esto - visiblemente conmovida – no podemos regresar el
tiempo, no podemos cambiar nada
-
Tienes
razón - dijo el inglés más tranquilo - pero
no puedo evitar sentir esto por dentro, es como una herida abierta, una herida
que solo tú puedes curar - trato de tomar su rostro percatándose ella de la
herida que tenía en su mano
-
Pero
estas sangrando Terry - dijo asustada
-
No es
nada, estoy bien - indico el ingles
-
Te voy
a curar se podría infectar - la joven busco en un botiquín alcohol y algunas
gasas
-
Te digo
que está bien no es nada - dijo Terry mientras la joven tomaba su mano
-
Deja de
replicar - lo miro desafiante
-
Está
bien – dijo resignado
Mientras
Candy lo curaba el no podía dejar de mirarla, aquella chiquilla traviesa de
coletas se había convertido en una bella mujer, su cabello caía a lo largo de
la espalda, sus verdes ojos eran grandes y su pequeña boca tan delicada, su
piel era suave y aquel uniforme blanco hacia que su figura resaltara acentuando
la parte alta del pecho y su pequeña cintura, la rubia al percatarse de su
mirada se puso tan nerviosa que apretó demás el vendaje - ahuché - exclamo el
ingles - ¿segura que no quieres vengarte?
-
Perdón -
Candy se sonrojo, no podía evitar su nerviosismo, a Terry también le habían
sentado bien los años, era más alto, su
mirada más intensa, sus músculos bien delineados por el ejercicio y su cabello
aunque un poco más corto enmarcaba perfectamente su rostro, por un momento Candy
no pudo evitar observarlo - listo- dijo al terminar - Terry escucha, yo no
puedo vivir en una constante riña contigo y tratar de explicar lo que no
quieres entender
El
ingles que estaba ya más tranquilo la interrumpió - He sido un patán contigo,
tienes razón es tanta mi amargura que me ciego en mis fantasmas - dijo poniéndose
de pie - no competiré con Frank porque él es mucho mejor que yo y te merece más
que yo
Candy
se encontró con esa mirada que tanto extrañaba - ¿Que tratas de decir?
-
Que no
te buscare mas, te dejare para que busques tu felicidad - dijo tristemente -
ahora es mejor salir de aquí no tardaran en volver
La
joven asintió sin comprender aun lo que Terry estaba haciendo, en el pasillo
cada uno tomo su camino, Terry fue a
visitar a Susana y ella a la sala de urgencias a continuar con sus labores.
Frank ignorando lo que había sucedido busco a la rubia después de la reunión
para avisarle de la función a la que habían sido invitados, entro en la sala de
urgencias y la miro concentrada suturando a un paciente, Candy estaba ausente
el encuentro con Terry no había terminado bien y le dolía lo que estaba
pasando, Frank se acerco finalmente – ¡Hola Candy! – Saluda sonriendo –¿que te
pareció mi amigo? – pregunta
-
He…yo …
pues – no articulaba palabra alguna la rubia
-
¿Pero
que te pasa?¿ porque hablas así?
-
Perdón
Frank, hemos tenido mucho trabajo – trato de excusarse
-
Ya me
di cuenta y bien ¿Que te pareció Terry?
-
Es
buena persona – dice secamente
-
Sabía
que te caería bien, precisamente nos invito a verlo al teatro esta noche, como
se que no has salido en todo este tiempo acepte sin dudarlo, a las 7 p.m. vendré
por ti – dice sin rodeos
-
Pero
Frank al teatro; ¿el te invito? – pregunta
-
Si esta
mañana estaba de tan buen humor, también llevara a alguien que lo tiene
hechizado – dice con seguridad
-
No creo
que sea buena idea – dice la joven – tenemos que levantarnos temprano mañana y
bueno que tal si me toca la ronda nocturna
-
Vamos
Candy es una sola vez y no aceptare un no por respuesta, necesitas distraerte –
le toma la barbilla mirándola a los ojos
Candy
baja la mirada – Pero no tengo una ropa apropiada para el teatro será mejor que
no vaya – dice tratando de negarse
-
Por eso
no te preocupes le pedí a Sara que te preste un vestido que ya no use así que
ese no es un impedimento.
-
Bien me
supongo que no tengo muchas opciones – dice resignada
-
Así está
mejor, te mereces distraerte Candy – dice sonriendo – entonces me retiro nos
vemos por la tarde – se despide el rubio
Candy
se queda nuevamente perdida en sus preocupaciones ahora tendría que ver a
Terry, no le gustaba mucho la idea, no después de lo sucedido, y la chica que
quería invitar sin duda era ella, se sentía aun más triste por todo.
Antes
de terminar el turno Sara fue a hacerle entrega del bello vestido que había
escogido para su amiga –¡Candy!! – Le grita al verla pasar por el corredor que
daba a los dormitorios – Candy, mira te traje esto – dice al llegar con su
amiga
-
Ho
gracias Sara – dice tomando la prenda
-
Este
vestido me queda un poco chico de la cintura, así que a ti te quedara perfecto tú
tienes más pequeña la cintura – le dice sonriendo
-
Eres
muy amable, aun sigo pensando que no deberíamos ir – dice temerosa
-
Ho no
Candy nada de negarse, Frank está muy entusiasmado hace mucho que no salimos y
Nueva York ofrece los mejores espectáculos, por nada me perdería ir al teatro así
que apresúrate apenas tenemos tiempo de arreglarnos
-
Está
bien nos vemos más tarde – se despiden y Candy resignada comienza con su
arreglo personal, el vestido era de color azul turquesa entallado hasta la
cadera y con amplio vuelo bajo los muslos
y con un escote discreto que dejaba un poco descubierta su espalda, la
joven lucia deslumbrante cualquier hombre daría lo que fuera por ser su
acompañante y Frank era ese hombre al menos por esa noche, pronto se llego la hora de salir al teatro, el
rubio llego puntual a las 7 p.m. toco la puerta del dormitorio de la habitación
de Candy, el también iba elegantemente vestido en un traje negro llevaba un
rosa roja en la mano como todo un caballero que era, Candy abrió la puerta
dejando boquiabierto a Frank quien no oculto su sorpresa al verla tan bella esa
noche – ¡Candy! – expresa sorprendido – estas muy bella – dice casi sin aliento
– emm… es para ti – dice dándole la rosa
-
Gracias,
es muy hermosa – contesta nerviosa – tu también estas muy elegante - agrega
-
Bien pues
vámonos o llegaremos tarde – dice ofreciendo su brazo
-
Si
vamos
Ambos
caminan por el jardín, dentro del coche Sara esperaba, prefería darles
privacidad lo que ella mas deseaba era ver a su hermano feliz, pero ambos
ignoraban lo sucedido esa tarde con Terry y Candy, al llegar al teatro la rubia
se sentía nerviosa no sabía la reacción que iba a tener Terry al verla, no sabía
si volverían a discutir y si ella iba a poder permanecer tranquila hasta
terminar la obra, el rubio notaba ese nerviosismo, pero no imaginaba sus
motivos.
-
¿Tienes
nervios? – pregunta
-
Pues un
poco si – contesta
-
Pero ¿por
qué Candy?, es solo una obra de teatro
-
Hacía
mucho que no salía – se excusa
-
Bien
por aquí está el palco – indica Frank dirigiéndose hacia un corredor
Al
estar en el palco, todos se preparan daban la 2da. Llamada y todo mundo tomaba
su lugar, uno que otro corría por el pasillo para estar a tiempo, el telón permanecía
con las cortinas cerradas, 5 minutos después se anuncia la 3ra. Llamada y las
rojas cortinas se deslizan, comienza la obra “El Mercader de Venecia” , Terry
interpretaría el papel de Bassanio un veneciano que
pertenece a la nobleza pero es pobre, le pide a su mejor amigo, Antonio, un
rico mercader, que le preste 3.000 ducados que le
permitan enamorar a la rica heredera Porcia. Antonio, que tiene todo su dinero
empleado en sus barcos en el extranjero, decide pedirle prestada la suma a Shylock, un judío usurero.
Shylock acepta prestar el dinero con la condición de que, si la suma no es
devuelta en la fecha fijada, Antonio tendrá que dar una libra de su propia carne de la parte del cuerpo que Shylock
dispusiera. Por voluntad de su padre, Porcia debe casarse con aquel
pretendiente que escoja de entre tres cofres (uno de oro, otro de plata y un
tercero de plomo) aquel que contenga el retrato de ella. Bassanio elige el
tercero, que es el correcto y se compromete con Porcia. Ella le da un anillo
como muestra de amor, y le hace prometer a Bassanio que no se lo quitará. Lo
mismo hace Nerissa, criada de Porcia, con Graciano, un amigo de Bassanio. Los
barcos naufragan y la deuda no se paga, todo desemboca en un juicio por el Dux
de Venecia, al cual asisten Porcia disfrazada de abogado y Nerissa de ayudante.
Candy
no puede evitar sentir celos al ver a Terry enamorado de la actriz que
interpretaba el papel de Porcia, era un chica muy bonita, el inglés alzo su
mirada y distinguió a la rubia acompañada de Sara y Frank, se sintió contento
de verla aun si no podía acercarse como el deseara, la obra continuo y Candy se
sentía emocionada de verlo actuar disfrutaba mucho de su interpretación,
admiraba como se entregaba en cada actuación, al terminar la obra, todos
salieron al pasillo, Frank quería ir a saludar a su amigo para felicitarlo y
agradecer.
En el
camerino el actor disfrutaba de la compañía de su madre y en sus pensamientos
solo quería ver a una dama que le detenía el corazón – ¿Así que vino con Frank?
– pregunta Eleonor
-
Si, no
pensé que vendría, debió ser muy persuasivo – dice celoso
-
Hijo no
hables así, nunca hubiera imaginado que ella era la chica que tanto lo tenía
deslumbrado y… deberías ser un poco razonable no sabes en realidad lo que pasa
-
¡Razonable!
– expresa sorprendido – razonable por enamorarse de Candy, razonable porque
ella es su amiga y además se pasan gran parte del tiempo juntos, razonable
porque yo tengo que soportar todo eso mientras sigo una farsa a lado de Susana,
perdón mama pero no puedo ser razonable
-
Hijo no
te pongas así, es mejor que termines y vayamos a saludar a algunos amigos y si
acaso están ellos por favor se prudente
-
¡Prudencia!
– exclama – ahora prudencia, si que debo ser el mejor actor – dice con ironía
La dama
menea la cabeza y espera a que termine para ir a la recepción del teatro donde
algunos conocidos esperaban la aparición del actor entre ellos Frank; Candy
estaba casi temblando de nervios, no quería otra confrontación con el inglés,
deseaba salir de aquel lugar y perderse. Por fin hace su aparición caminando
por entre la gente que no dudaba en felicitarlo, era lo mismo cada noche
agradecer, saludar, sonreír, pero esa noche era además diferente apenas
distinguió a sus amigos no dudo en acercarse – Terry felicidades amigo – dice
Frank dando un fuerte abrazo a Terry quien no aparto la mirada de la rubia y no
era para menos era la primera vez que la veía vestida tan elegante
-
Gracias
– dice sin mas
-
Estuviste
fantástico Terry ahora entiendo porque dicen que eres una promesa – dice Sara
abrazándolo
-
Gracias
Sara – dice mirando aun mirando a la rubia – y usted Srita. White no me va a
felicitar
Candy
sintió encenderse sus mejillas – Si – dice casi sin aliento y se acerca el
inglés sin más la rodea con sus brazos
-
Te
extrañe tanto – dice en su oído, haciendo estremecer a la dama quien se separa
rápidamente de el – Gracias por haber venido – dice finalmente
Eleonor
llegaba a saludar también a los jóvenes – Buenas noches que gusto verlos Sara,
Frank – saluda
-
Eleonor
es un placer, quiero presentarle a Candy una buena amiga – dice el rubio
-
Es un
placer Candy – dice la dama
-
Señora
cada día que pasa se ve mucho más joven – dice Sara
-
Ho Sara
gracias, pero exageras y lo sabes – la dama sabía que tenía que hacer algo para
separar a Frank y Sara de Candy – por cierto a que no imaginan a quien acabo de
ver por allá – dice señalando hacia el otro extremo del salón – a Marian y
Steve lo creerían pareciera que todo Londres está en Nueva York, vamos – les
invita la dama
-
Vamos
Candy – dice Frank
-
Ho no
será aburrido para ella además Terry es un buen anfitrión – dice mirando a su
hijo
-
Claro
si no les molesta – dice el inglés sabiendo que Frank accedería, por su parte
Candy permanecía muda mirando a uno y a otro
-
Está
bien en un momento volvemos – dice Frank, Sara por su parte estaba contenta por
socializar hacia mucho que no salía y solo quería distraerse
Terry
no apartaba su mirada de la rubia, estaban solos al fin – Eres más hermosa que
la luna – dice mirándola a los ojos
La dama
baja su mirada – Gracias – dice en un susurro
-
No, no
bajes tu rostro – le dice tomando su barbilla y encontrándose con su mirada
-
Estuviste
muy bien – dice tímidamente
-
Gracias
me alegra que hayas venido
-
No sabía
si era una buena idea venir – dice un poco más tranquila
-
¿Porque?
yo los invite
-
No sabías
que era yo la….. amiga de Frank
-
Caminamos
un poco – le invita él
-
Pero ¿Sara
y Frank? – pregunta nerviosa
-
Estarán
bien Eleonor sabe bien lo que hace – dice con cinismo ofreciendo su brazo
-
¿A dónde
vamos? – dice al retirarse un poco
-
No te
voy a robar – dice burlón – si eso es lo que te preocupa
-
Terry
que cosas dices – dice confundida
-
Quiero
platicar contigo a solas ya que estamos más tranquilos y además quiero mirarte
de cerca estas realmente hermosa – dice recorriéndola con su mirada – ven – le
toma la mano y se internan entre los pasillos subiendo las escaleras rumbo a
los palcos privados y entrando en uno, el inglés pone cerrojo y la invita a
sentarse – ¿no es hermosa la vista desde aquí? – pregunta
-
Si
mucho, todo se ve muy bien
Por un
momento el silencio los invade un silencio cómodo, él le toma la mano haciendo
que su piel se erice – no me gusta verte con el
-
Somos
amigos – dice con voz suave
-
No me
gusta que él te ame también
-
No
dijiste que él me merece y que es mucho mejor que tu
-
No te había
visto vestida así – dice poniéndose de pie y caminando hacia la orilla del
palco – no recordaba el efecto que
causas en mi
-
Sera
mejor volver – dice poniéndose de pie y caminando hacia la puerta pero él la
detiene del brazo acercándola a él – Terry vayamos – suplica – deben estar
buscándonos
-
No
quiero – dice mirándola fijamente – me gusta estar así contigo
-
Por
favor
El inglés
acaricia su rostro con el costado de su mano – eres todo lo que quiero
-
Olvidas
tu compromiso – dice ella reclamándole
El inglés
aprieta sus puños – no como olvidarlo
-
Entonces
será mejor volver y tal vez sea mejor no vernos – dice con miedo
-
¿Eso es
lo que quieres? – pregunta
-
Es lo
mejor – contesta
-
Entonces
así será Candy – dice con tristeza – no seré yo quien te incomode mas
Ambos
salieron y regresaron a la recepción Frank estaba desesperado, Sara por su
parte disfrutaba de la plática de Eleonor, al verlos juntos Frank se sintió un
poco confundido – ¿En donde estaban? – pregunta
-
Le
presente a unas personas a Candy - dice
el ingles
-
Bien
será mejor irnos Candy – le dice el rubio
-
Si es
mejor – dice ella – fue un placer saludarlos – dice sin mas
-
Gracias
por la invitación y nos vemos en el hospital – dice Frank
-
Gracias
a ustedes por venir
-
Hasta
pronto – se despide Eleonor
Ahí se
quedaron mirándolos hasta que desaparecieron de su vista, Terry no ocultaba la
tristeza que lo invadía y su madre lo percibía bien – Y platicaron – pregunta
ella
-
Un
poco, no nos veremos mas – dice sin mas
-
Discutiste
con ella de nuevo – dice un poco mortificada
-
No pero
es mejor no verla, estoy comprometido lo olvidas
-
Claro
que no pero pensé que bueno podrían verse tal vez como ….
-
Amigos
– la interrumpe – si claro e irnos Frank, Candy y yo a comernos una nieve –
dice con ironía – por Dios no quiero a Candy como amiga
-
Deberías
ser más razonable – dice molesta su madre
-
Es
mejor irnos quiero descansar, te dejare en tu casa y regresare al departamento
-
Seguro
– pregunta
-
Si
seguro – y ambos salen del teatro
Esa
noche Terry fue hasta el Hospital y en los jardines de los dormitorios empezó a
tocar una conocida melodía, Candy al escuchar la música se estremeció pensando
para sí - Terry tal vez las cosas sean mejor así.
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