CAMINOS
DEL DESTINO
POR:
SHELSY
CAPITULO
2
Un
lugar místico y un regreso a casa con nostalgia.
Por la mañana viajarían por el país visitando las
ciudades más importantes; en Bombay visitaron Jama Masjid, en Amristar el
Templo Dorado, en Nueva Delhi Jantar Mantar, los Jardines Lodhi y la Tumba de
Hunayun, después viajaron al Himalaya visitando el Lago Pangong Tso y el Tibet
finalmente visitaron Agra conocieron el Fuerte Rojo y el Taj Mahal y fue este
sitio donde Candy comprendió muchas cosas sobre su amor por Terry.
Al entrar entendió como el amor puede traspasar las
fronteras del tiempo, de la vida y de la misma muerte. Se sentía tan extraña en
aquel lugar, sentía dolor pero al mismo tiempo mucho amor, sentía soledad pero
a la vez compañía, pena pero a la vez mucha alegría, no había palabras solo
aquella mística energía y fuerza que desprendía la pureza de su mármol blanco,
sentía un arrebatador torbellino interno que le impulsaba a gritar en silencio
y al mismo tiempo a callar gritando, a reír con el pero también a llorar con él
, no entendía como aquel monumento podía expresar el complejo y abstracto
termino amor sin palabras, ni
sonidos, ni gestos.
Albert noto a Candy envuelta en sus sentimientos tan
frágil y delicada que se acerco a ella y la abrazo tiernamente – ¿Sabes porque
este monumento significa puro amor eterno?, quien se acerca para admirarlo no
puede evitar sentirlo no solo en la piel sino en el alma.
- Si es algo extraordinario es tan místico estar aquí,
¿cuál es la historia de este lugar Albert? –pregunta Candy
- Veras, sucedió en el siglo XVI cuando Sha Jahan paseaba
por un bazar, entre los puestos miro una joven que le robo el corazón en ese
instante, Arjumand era una mujer de gran belleza que el joven no se atrevió a
decirle lo que había sentido al verla, pasaron 5 años un matrimonio y dos hijos
y decidió ir a buscarla ambos jóvenes demostraron su amor y el padre de Sha
Jahan consintió en el matrimonio la joven fue conocida como Mumtaz Mahal que
significa Elegida del Palacio, el amor de ambos jóvenes parecía no tener
límites, se demostraban su amor a cada momento, ella lo acompañaba en las
campañas militares y el no dejaba de hacerle regalos y cuidarla en los descansos
de cada batalla. Al morir el emperador Sha Jahan subió al trono, después de 12
hijos llego la desgracia a sus vidas, estando él en el campo de batalla de
Burhanpur fue avisado que el parto de su amada se había complicado, dejo todo
para estar a su lado, pero nada se pudo hacer Mumtaz Mahal murió al dar a luz a
su hijo. La vida del emperador quedo vacía para siempre se encerró en el Fuerte
Rojo, allí paso sus últimos años, pero antes ordeno construir al otro lado del
rio un mausoleo para su amada que perdurara en el tiempo como muestra de su
amor eterno, tarde a tarde miraba como iban construyendo el monumento, 18 años
más tarde fue terminado y los restos de Arjumand fueron trasladados al
mausoleo, cuando Sha Jahan murió también fue enterrado aquí mismo donde ambos
pueden descansar juntos para siempre.
Candy con su mente perdida en ese lugar, el corazón
encogido y las lágrimas a punto de saltar continuó caminando admirando aquel
recinto del amor. Caminaron por los jardines admirando la naturaleza que los
rodeaba y terminaron con su recorrido, ese sería el último lugar que
visitarían, al siguiente día por la mañana se trasladaron nuevamente a Goa para
abordar el barco que los llevaría a América.
Durante el trayecto Candy permanecía con su mirada perdida
en el mar como si quisiera que él le diera un consejo respecto a su
futuro, si hacia unos días había
comprendido que su amor por Terry era como el Taj Mahal puro y eterno, pero no
sabía con seguridad lo que estaba pasando con él, Albert notaba a la pecosa
ausente, sin embargo no quiso incomodarla con interrogatorios, también se dio
cuenta de sus sentimientos en aquel lugar místico, sabía que Candy no había
logrado olvidar por muchos esfuerzos que hacía por mantenerse optimista y
sonriente.
Durante la cena hablaron sobre los planes que tenían para
su futuro, Albert sabía que una vez en América su vida sería mucho más
absorbente, no podría estar mucho tiempo al pendiente de la rubia sin embargo
la apoyaría en todo lo que ella decidiera.
-
Candy escucha, a partir de hoy van a cambiar
muchas cosas posiblemente nos veamos poco, pero quiero que elijas lo que desees
hacer y donde tú lo desees la familia te apoyara en todo momento.
-
Gracias
Albert, ya sé lo que quiero te lo aseguro- dice la rubia sonriendo
-
Eso me
alegra, ¿cómo te sientes ahora?
-
Mucho
mejor, te agradezco todo lo que haces por mí, y también la oportunidad de
viajar contigo
-
Quise
hacerlo ya que posiblemente mis viajes de placer se reduzcan a viajes de
negocios, George ha sido muy claro conmigo al decirme que he tomado ya
bastantes vacaciones y no le puedo replicar nada- ambos sonríen
alegremente- eres mucho más hermosa
cuando sonríes- dice el caballero
-
Gracias
mi querido amigo- dice la rubia
Continuaban con su cena en el barco la orquesta comenzaba
a tocar un hermoso vals y Albert no hizo esperar para bailar con la joven.
-
Candy
gustas bailar, hagamos Honor al Emperador
Candy con una sonrisa acepto mientras bailaba con Albert no pudo evitar
recordar aquel día en el Festival cuando bailaba con Terry, cerro sus ojos y se
dejo llevar por las hermosas notas.
Dos días después tocaron tierra en el puerto de Boston donde los recibieron
George, Annie, Archie y la abuela Martha, en esta ocasión Paty no pudo
acompañarlos ya que se encontraba en Chicago y tenia examen para titularse de
maestra. Al bajar por la escalinata del barco Candy alcanzo a distinguir a sus
amigos y alzaba su mano en señal de saludo, al llegar se saludaron y abrazaron
cariñosamente, luego se trasladaron a la casa de la abuela Martha donde
descansaron para tomar el tren a la mañana siguiente.
Annie con mucho entusiasmo por su amiga le dice - Cuéntame Candy ¿cómo es
India? dicen que está lleno de hermosos monumentos y los mercados son inmensos.
-
Si
Annie hay mucha arquitectura, y en los mercados puedes encontrar muchísimas
cosas que ni te imaginas, precisamente te traje esto –Candy pone un estuche
negro en las manos de Annie.
-
Pero
Candy no te hubieras molestado – al abrirlo ve un hermoso brazalete de oro con
incrustaciones en jade de color verde y unos pendientes a juego con el
brazalete- Pero es precioso de verdad me siento algo apenada es demasiado para
mí.
-
Tranquila
Annie me gustaría que lo uses en la próxima fiesta que tengamos, y mira este-
abriendo un estuche con una gargantilla en perlas, con unos pendientes- es para
Paty, ¿crees que le guste?
-
Por
supuesto es hermoso- debiste gastar una fortuna en todo esto
-
Bueno-
dijo un poco sonrojada- Albert pago jeje- ríe graciosamente
-
Todo es
bellísimo. Y tú que te compraste
-
Bueno
yo traje algunas telas de seda natural son hermosas y Albert me regalo un juego
de joyas también – Candy saca un estuche grande y lo abre mostrando una hermosa
gargantilla con esmeraldas junto con unos pendientes y un brazalete- dijo que
mis ojos eran del mismo color e insistió para que aceptara el regalo, sé que es
demasiado pero te juro que insistió y por eso lo acepte.
-
Candy,
creo que Albert haría cualquier cosa por verte feliz, sinceramente pienso que
te hace tantos regalos porque siente algo mas por ti ¿no lo crees?- pregunta
divertida
-
Noo
claro que no él sabe muy bien que lo quiero como un hermano mayor además
también sabe lo mucho que significo Terry en mi vida -Al decir esto los ojos de Candy se tornan
tristes.
-
Candy
¿no lo has olvidado aún? – Se paro para abrazarla – amiga quisiera hacer
cualquier cosa para que ya no sufras por él.
-
Annie –
Candy se separa y toman asiento las dos amigas- tengo que confesarte que fue
una tontería aquella promesa de que sería feliz, pero desde entonces he sido
tan desdichada.
-
Ustedes
pensaron en Susana y dime quien pensó en ustedes porque Susana pensó solo en
ella es una egoísta y una chantajista – Annie lo dijo visiblemente irritada
-
Annie
es que si tú hubieras visto a Susana tan delicada e indefensa tendida en esa
cama y condenada para siempre a una silla de ruedas lo entenderías-dijo
justificándola
-
No no
Candy, no puedo entender ni comprender siempre he sido bien portada hago todo
lo que es correcto y nunca replico pero ante esto no me quedare callada.- dijo
molesta
-
Creo
que es mejor no hablar de esto es difícil y doloroso para mi te lo pido por
favor.
-
Está bien
Candy lo siento no debí ponerme así pero cuando te miro sufrir no puedo
entender te pido disculpas y prometo no opinar mas.
-
No te
preocupes mejor veamos por aquí tengo algunos regalos que compramos para los
niños del Hogar.
Las dos jóvenes estuvieron mirando todo los obsequios y Candy le platicaba
a Annie sobre sus experiencias en la India, después cenaron todos juntos y se
retiraron a descansar para salir temprano hacia Chicago. Salieron muy temprano
a la estación de tren donde la abuela Martha los despidió, por la noche el tren
estaba llegando a Chicago y Paty y George los esperaban, Paty deseaba tanto platicar
con su querida amiga y darles a todos la noticia de que ya era Maestra
Titulada.
-
Hola
Candy, Sr. Andley bienvenidos nuevamente, Annie Archie que tal tenia ansias de
verlos a todos me sentí un poco sola estos días sin mis amigos.
-
Bienvenidos
Sr. Albert, Candy- saluda George conservando su formalidad
-
George
que gusto verte- saluda Albert
-
Hola
Geroge- saluda la rubia luego se dirige a su amiga- Hola Paty – Candy abraza a
Paty- y bien dime ¿ya eres maestra?
-
Si me moría de ganas por contarles- dice
entusiasmada la joven
-
Felicidades
Paty enhorabuena – le dice el caballero rubio.
-
Paty
que alegría ahora podrás dar clases en el Hogar de Pony – dice Annie.
-
Muchas felicidades Paty, Stear estaría muy
orgulloso.- dice Archie
-
Gracias
Archie en donde quiera que él se encuentre seguro está muy contento.
-
Bueno entonces vamos a la mansión la tía
abuela debe estar esperando- dijo Albert
Todos abordaron dos coches para llevarlos a la mansión Andley, dentro
estaba la tía abuela esperándolos con una suculenta cena, había hecho también
preparativos para dar una fiesta de Bienvenida para Albert y Candy, se había
esmerado para que todo saliera a pedir de boca.
Esa noche Candy por fin descanso de tanto viaje estaba completamente
cansada, por la mañana despertó algo tarde, cuando bajo al comedor ya todos
habían desayunado, la casa estaba llena de gente que iba y venía con flores,
mesas, sillas, manteles y cristalería fina, fue hacia la cocina que también
estaba muy ocupada por cocineras que preparaban suculentos platillos y
deliciosos pastelillos, - Caramba pero parece como si fueran a recibir a una
rey o un embajador – lo dijo llevándose sus manos a la cara al ver tanta
gente en la casa. Doroty que estaba ahí le dijo – tal vez no es un embajador ni
un rey pero si una princesa y un príncipe no lo crees Candy.
-
Ho Doroty siento que está echando la casa por
la ventana la tía abuela tan solo por haber vuelto de viaje.
-
Candy la Señora Elroy solo quiere
apapacharlos un poco, estos meses que estuvieron fuera se le veía un poco
triste, siento que los extraño muchísimo.
-
Bueno creo que mas a Albert que a mi
-
No Candy, ella te ha tomado mucho cariño además ya se arreglaron los
problemas entre ustedes.
-
Si han cambiando muchas cosas, oye Doroty no
tendrás un pastelillo por ahí me muero de hambre
-
Claro
que si perdón pensé que todos habían desayunado no sabía que faltabas tu lo que
pasa es que no serví yo lo hizo una de las muchachas.
Un poco apénada le dice Candy – lo que pasa es que me levante un poco tarde
pero es que me sentía muy cansada.
Doroty sentó a Candy en la mesa y le sirvió un poco de fruta, pan y te. Durante
la mañana la rubia pudo desempacar y descansar un poco antes de la fiesta. Pronto
llego la tarde y algunos invitados empezaban a llegar a la mansión, Candy se encontraba en su habitación dando
los últimos toques a su arreglo, había elegido un hermoso vestido en color verde
olivo en raso, entallado hasta las rodillas y con un poco de vuelo en la parte
de abajo que resaltaba su hermosa figura con tablones en shifon en la parte de
atrás y que se veían en toda la parte de abajo, con escote amplio que hacia
lucir las joyas que Albert le había obsequiado, recogió su cabello dejando su
espalda descubierta. Era una mujer muy hermosa y lo sabia pero no estaba
interesada en conquistar a nadie. Un momento después alguien llamaba a su
puerta.
-
Pase
está abierto.
-
Candy
wow te ves increíblemente hermosa- dijo Archie con grandes ojos.
-
Gracias
primo tu también estas muy elegante.
-
Gracias
Candy pero tu simplemente eres un sueño
-
Vamos
Archie solo soy yo, la misma pecosa que trepa arboles.
Ambos ríen divertidos – Bueno pase para ver si ya estabas
lista para bajar juntos.
-
Claro
vamos, - Archie le ofreció su brazo y ambos bajaron al salón que estaba casi
lleno.
-
Mira
por allá esta Albert, pero no veo a Annie ¿no habrá llegado aún?
-
Me dijo
que llegaría temprano- dijo el caballero de ojos color avellana
-
Bueno
tal vez se atraso un poco, aparte venia con sus padres así que esperemos
-
¿Te
parece si abrimos el baile nosotros? – Dijo Archie al escuchar a los músicos
tocar.
-
Me
parece muy buena idea.
Al terminar la pieza Archie distinguió a Annie entre la
gente y se dirigieron hacia ella, Annie se veía un poco seria, no podía evitar
sentir celos ya que cuando estuvieron en el Colegio San Pablo sabia que él
sentía algo hacia Candy, sin embargo también sabía que Candy lo miraba como un
amigo.
-
Annie ¿por qué no llegabas? – le dice Archie
besándole la mano- te ves muy hermosa parece que se pusieron de acuerdo tu y
Candy para arrebatar suspiros a los caballeros presentes
-
Archie
siempre tan galante- le dice Annie un poco sonrojada
-
Vamos Annie te ves muy hermosa vayan a bailar
diviértanse yo voy por unos pastelillos- dice Candy guiñándoles un ojo
Al ir camino a la mesa de bocadillos, ve a lo lejos a
Paty quien estaba alejada de todos-¡Paty!-dice la rubia - pero ¿qué haces aquí?
deberías estar con los demás
-
Sabes Candy, hay días que extraño mucho a
Stear y hoy es uno de esos días- dice la joven un poco triste
Candy se acerca y la abraza- Yo también lo extraño, pero
creo que no le gustaría verte aquí lejos de todo mundo, aparte luces muy
hermosa.
-
Vamos
Candy- dice algo apenada- lo dices porque eres mi amiga
-
lo digo porque lo eres- Sonrió la rubia
Ambas jóvenes salieron hacia el gran salón y un elegante
caballero se acerco invitando a Paty a bailar, Candy se sintió realmente
contenta con el gesto del caballero, en otro lado del salón Albert no dejaba de
mirar a Candy, aunque se mantenía ocupado atendiendo a varios empresarios que
lo rodeaban como abejas a la miel, al mirarla sentía una necesidad de correr a
su lado y abrazarla, pero al entender lo que le pasaba se sentía avergonzado ya
que le tenía mucho aprecio a Terry y sabía que aun seguían amándose, cuando
logro zafarse de las personas que lo seguían fue a invitar a Candy a bailar.
-
Hermosa
dama me concede el Honor de esta pieza – Albert se inclino hacia Candy, gesto la hizo vibrar.
-
Claro que si caballero
Ambos caminaron hacia el salón y Candy se dejo llevar por
la música, siendo el centro de atención de los asistentes que los miraban con
expectación, ya que Albert siempre se veía acompañado de la hermosa rubia. Y
los rumores corrían pronto por todas partes. Sin embargo fue una gran fiesta que
dejo a todos con un agradable sabor de boca.
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