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miércoles, 6 de abril de 2016

CAMINOS DEL DESTINO CAPITULO 14


CAMINOS DEL DESTINO
 
 CAPITULO 14

 

Susana es operada

 

A la mañana siguiente Candy se sentía llena de energías para comenzar ese día, Terry también despertó muy temprano ya que ese día ira al Hospital para internar a Susana, salió a casa de su madre para desayunar con ella y platicar un poco.

 

-          Buenos días Eleonor, ¿cómo amaneciste?- Terry se acerco cariñosamente y le dio un beso en la mejilla

-           Hijo, buenos días, yo muy bien ¿y tú?

-          Nervioso, ahora interno a Susana, mañana es la operación - dijo serio el ingles

-          Todo saldrá bien hijo no te preocupes

-           Mamá - la tomo de la mano - te voy a pedir un favor muy especial

-           Claro que si cuenta con eso hijo

-           Después de la operación me quedare un día más, pero tengo que alcanzar a Robert en Boston, necesito que los días que no esté tu vayas con Susana

-           Está bien - dijo algo seria - entonces ¿no estarás para mi cumpleaños?

-           Ho perdón mamá - dijo preocupado - con tantas cosas lo olvide por completo

-          Descuida hijo, te entiendo perfectamente - tomo su mano - estaré al pendiente de ella y cuando vuelvas celebraremos.

-          Tratare de estar aquí para ese día mama, no podría dejarte sola en esa fecha tan importante.

-           Como gustes - acaricio su rostro - pasemos a desayunar

 

Ambos pasaron y charlaron sobre los acontecimientos de días anteriores, la visita de sus amigos, de Laila y de cómo Frank se sentía tan ilusionado con la joven que llamaba Angel.

 

-          Me da gusto por Frank siempre fue un chico muy serio, responsable y de buenos sentimientos.

-          Así es mamá también me siento contento por él, sabes describe a esa chica de una manera que podría decir que se trata de Candy

-          Hijo - lo miro fijamente - tú la mencionaste

-          Si, si está bien solo que así me parece, se que sería imposible

-          O una mala broma del destino en su caso - agrego Eleonor

-          Bueno no pensemos locuras - el inglés se puso de pie - me tengo que retirar, no se a qué hora salga del Hospital estaré todo el día creo.

 

Terry salió de casa de su madre y llego por Susana y la Sra. Marlow, manejo hasta el Hospital, la dejo en la sala de recuperación y se dirigió al consultorio del Dr. Curtis. Candy se encontraba con Nataly la jefa de enfermeras, a quien ya había conocido, la condujo a la sala de urgencias lugar donde pasaría el resto de la mañana, el número de soldados que llegaba era considerable, tan pronto entro se puso a trabajar, cerca de la sala de urgencias se encontraba la sala de rehabilitación, después que atendió a varios soldados, condujo a un par de ellos a la sala de rehabilitación, Susana se encontraba concentrada en sus ejercicios, ella se encontraba apartada del resto de los pacientes, cosa que a Candy le llamo la atención cuando vio a una joven rubia recibiendo terapia en otra parte de la sala, pero ella acompaño a los soldados hasta dejarlos con la enfermera encargada, después salió de la sala, Frank fue en busca de Candy para que lo acompañase en una operación, en cuanto Candy fue informada acepto sin pensar, la rubia salió a prepararse para la cirugía, por su parte Frank salió al consultorio de su padre para que firmara algunas bitácoras, saludo a Terry quien estaba con el galeno.

 

-          Hola Terry, que bueno que te veo a las 2 de la tarde ingresara Susana, haremos algunos exámenes y luego descansara el resto de la tarde, mañana a las 7 de la mañana comenzaremos la operación.

-          Gracias Frank - dijo serio el inglés - sabes no dejo de sentirme intranquilo

-          Hijo - hablo el Dr. Curtis - tu prometida es muy joven y fuerte además está en  manos del mejor cirujano de América así que ten toda la confianza del mundo.

-          De eso no me cabe la menor duda Sr. Curtis, pero no deja de ser una cirugía.

-          Bueno me retiro entrare a una operación, los veo más tarde.

 

 

El joven rubio se retiro, algunas horas más tarde salieron de la operación, Candy termino su turno sin saber que ahí se encontraba Terry, a la mañana siguiente despertó más temprano de lo habitual, se preparo muy bien y después salió a quirófanos para ponerse bata, zapatos, gorro y cubre boca, la chica estaba ya lista para la operación, sin embargo sentía un nudo en su estomago como si algo en ese lugar la tuviera inquieta.

 

En su habitación Susana esperaba inquieta el momento de de su operación, Terry también estaba nervioso y se encontraba dando vueltas de un lado a otro.

 

-          Susy, pasado mañana voy a salir de jira, alcanzare a Robert en Boston, pero estaré de vuelta antes de una semana.

-          Está bien Terry, has hecho ya demasiado por mi tú debes continuar con tu vida

-          Eleonor vendrá los días que me ausente, estará al pendiente de lo que se necesite-agrego

-          Gracias que amable por parte de tu madre

 

En ese momento llegaron un grupo de enfermeros con una camilla para llevar a Susana, Frank iba acompañándolos, la pasaron cuidadosamente a la camilla luego todos salieron del cuarto para dirigirse al quirófano, Terry tenía una extraña sensación más que nervios sentía un nudo en el estomago como si algo en ese lugar lo hiciera sentir que su corazón se aceleraba, pero no entendía que le pasaba. Susana ya estaba preparada en la sala de operación, cuando Candy se acerco y la miro no podía creer lo que sus ojos veían - por Dios es Susana, entonces el amigo de Frank es…..Terry, no es posible esta es una broma del destino no puede ser - sus ojos estaban tan abiertos que Frank se percato que algo le sucedía a la rubia - Candy ¿estás preparada? - le dijo sacándola de sus pensamientos, - yo he.. si pero ella es…- Frank no entendía lo que le pasaba a la chica - ella es la prometida de mi amigo, pero¿ tu estas bien? - pregunto de nuevo el joven - si perdón es que es tan joven – dijo finalmente

 

-          Pero saldáa bien te lo aseguro, por eso estamos aquí -  trato de animarla

-          Claro que si - Candy se dispuso a apoyar a Frank tratando de concentrarse mientras pensaba para sí - entonces Terry debe estar afuera

 

Después de algunas horas la operación termino, Frank fue el primero en salir, afuera estaba Terry inquieto, el joven rubio le explico cómo había salido la operación, mientras adentro Candy se terminaba de lavar manos y quitarse la bata, cuando se dirigía a la salida miro a través de la ventanilla de la puerta a Frank hablando con un caballero de cabello obscuro y ojos color zafiro, su corazón se paralizo por un momento y no pudo moverse siquiera, una enfermera la saco de su embeleso

-           ¿Doctora va a salir?

 La chica volteo a mirar a la enfermera - Ho perdón, no, olvide algo - dijo titubeante, un empleado estaba retirando los deshechos médicos que se habían usado, la chica se acerco a él -  perdón señor, ¿esa puerta a dónde conduce?

El hombre la miro extrañado - esa conduce a un corredor, donde hay una bodega en la que guardan medicamento y una puerta  que sale a la parte trasera del hospital señorita.

 

-          Gracias - la chica se dirigió a la puerta y salió del lugar apresuradamente, su corazón estaba tan agitado que se condujo lo mas lejos de esa parte del Hospital y luego se sentó un momento sobre el césped para descansar pensando - era Terry por dios no puedo permitir que me mire, ni que se entere que conozco a Frank, debo ser cuidadosa para que no me vea - Candy estaba muy nerviosa y a la vez emocionada - Ho por dios es tan buen mozo, es más alto, su mirada más intensa, pero que te pasa acabas de operar a su prometida - sacudió su cabeza y volvió a entrar al Hospital mirando hacia todas partes para evitar toparse con el inglés. Mientras Frank y Terry se encaminaban por los pasillos, al percatarse que la joven rubia ya no estaba en los quirófanos, el rubio se despidió de Terry dejándolo en una sala a espera a que su prometida fuera llevada a su cuarto, mientras el inglés esperaba salió del lugar para despejarse un poco.

 

Cuando Candy termino su turno se retiro a su dormitorio, prefirió permanecer dentro y estudiar sus libros de medicina, Terry estuvo un momento con Susana hasta que se quedo dormida, se acomodo en un sofá para dormir un poco, al amanecer ambos jóvenes despertaron muy temprano, Candy durante ese día trato de andarse con cuidado evitando toparse con Terry. Susana aunque estaba aun sedada despertaba por momentos solo para ver si aún seguía su prometido a su lado, luego se quedaba otra vez dormida, poco antes de las 8 de la noche se retiro el inglés despidiéndose y prometiendo estar de vuelta lo más pronto posible, la joven se había mantenido siempre tranquila había entendido que la mejor manera de no pelear con Terry era el silencio y así lo hacía.

 

En una elegante Villa de Escocia el Conde O’Connel terminaba de escribir una carta dirigida a su hijo Frederik Curtis – hijo ha valido la pena nuestro sacrificio Frank es un hombre de bien lo salvamos de una muerte segura y se ha convertido en un verdadero Curtis, aun si estas lejos y si la gente piensa que nuestra relación no es la mejor es preferible así – paso el costado de su mano por la frente – cuantas cosas han pasado logré que Sofia Pater huyera a América con la hija de Rosell pero fue también para salvarla ese maldito de Giraldi la hubiera matado si la encontraba, aun si no se su paradero se que ella pudo vivir, pero no dejo de arrepentirme de lo que paso con Elroy – sus ojos se perdieron en algún punto de la pared se recargo en el respaldo de su silla con los codos doblados y sus manos entrelazadas recargando su barbilla – Elroy – repitió para sí – un día podre pedirte perdón, no quería secuestrarte pero estaban en juego tantas cosas no tuve opción, Giraldi me tenía en sus manos, si pudiera encontrarte y decirte que tu hijo no murió que tu hijo tuvo la desgracia de vivir a lado de un monstruo pero aun así logro convertirse en un hombre cabal y de buen corazón aunque mucha gente no lo mira así – el anciano seguía lamentándose como si estuviera en el final del camino – debo buscar la manera de encontrarte y pedirte perdón por tanto daño – el ruido de voces en la estancia lo hizo volver a la realidad era ni más ni menos que el Conde Giraldi padre de Lissandro Giraldi, la mucama anuncio al hombre con el Duque quien lo hizo pasar de inmediato.

-          O’Connel querido amigo – saluda cínicamente el anciano

-          Que quieres Giraldi, no recuerdo que tuviéramos una cita – dice con sequedad

-          Pero qué te pasa amigo que no puedo pasar a saludar a los viejos amigos

-          Te conozco bien y sinceramente prefiero no tener amistades contigo – dice sin rodeos

El Conde Giraldi menea la cabeza y sonríe caminando de un lado a otro – solo vine a saludar es todo, como está tu hijo Frederik

-          Bien, tu mejor que nadie sabe que nuestra relación es fría y distante

-          Si claro, y Rosell ustedes son amigos también ¿no?- pregunta con curiosidad

-          Somos conocidos casi no le frecuento  ¿a que vienen tus preguntas?

-          Nada solo querÍa saber de los viejos amigos – dice con una media sonrisa

-          Bien si no tienes nada mÁs que decir, yo tengo muchos asuntos por arreglar

-          Perdon O’Connel, no quise quitarte de tus ocupaciones pero no olvides que gracias a mi tienes todo esto – dice contoneándose por el estudio y alzando la mano

-          No es gracias a ti lo sabes – dice molesto – tú hiciste que cayera en tus trampas

-          Oh si claro yo te obligue a jugar y apostar y poner en riesgo tu patrimonio, pero como es que pudo suceder, que no sabes que la familia es lo primero

-          Basta – le grita molesto y poniéndose de pie – he pagado muy caro por mis errores así que te pido que no vuelvas a traer el tema a colación

-          Solo quiero que te quede claro que yo te saque del hoyo en que estabas

-          Si a costa de que de desgraciarle la vida a una pobre joven – dice indignado

-          No – dice mirándolo de frente – ella era impura cuando la tuve no le desgracie la vida le di la oportunidad de ser madre – dice desvergonzadamente – lástima que su hijo nació muerto

-          Eres un maldito sabes bien que Lissandro …- en ese momento lo interrumpe el Conde Giraldi

-          Lissandro es hijo de Cassandra que te quede claro – le dice enojado – todo Londres y Escocia lo sabe y es mejor que no abras la boca o te costara muy caro

-          Largo vete de aquí Giraldi tu presencia me enferma – le grita

-          Me voy - toma su capa del perchero y su sombrero – fue un placer charlar contigo

El Duque toma asiento en su escritorio nuevamente y se tranquiliza un poco – que te propones Giraldi que estas tramando ahora – dice para sí, y se queda nuevamente ocupado en sus asuntos pero con la inquietud de que algo se traía entre manos el Conde Giraldi.

 

En Nueva York a la mañana siguiente una elegante dama iba un tanto apresurada por los pasillos del hospital, mientras que una joven caminaba por el corredor del hospital llevando consigo una charola con algunos medicamentos, sin darse cuenta al dar vuelta en un pasillo choca con aquella dama cayendo todo al piso.

 

-          Ho perdón es mi culpa, enseguida limpio todo esto - dijo la joven

-          Disculpe señorita no la vi venir- se excuso la mujer mientras la joven permanecía con la mirada en el piso levantando aquel desorden

-          Oh no se disculpe señora - dijo la chica amablemente poniéndose de pie hasta quedar de frente con la dama

-          Candy- dijo sorprendida - eres tu hija, pero…- dijo aun con una gran interrogante - ¿Qué haces aquí? - pregunto

-          Aquí trabajo - contesto tímidamente

-          ¿Cuánto tiempo hace que estas aquí? - pregunto desconcertada

-          Ho Sra. Becker yo he..pues casi un mes - dijo tímidamente

-          Entonces Terry no..- preguntó - ¿no sabe que estas aquí?

-          Ho no señora - dijo asustada la joven - por favor le pido que no le diga que estoy aquí

-          Candy se va a enterar de alguna manera - dijo tomándola de los hombros - si un día se encuentran y se da cuenta que lo sabia no me va a perdonar el no habérselo dicho.

-          Pero es que no tiene porque saberlo en unas semanas más partiré a Francia y todo esto quedara atrás

-          Pero ¿cómo?- dijo Eleonor sintiendo una punzada en el pecho - ir a Francia es como un suicidio hija.

-          No tiene porque serlo, me se cuidar además allá necesitan mucha ayuda - le dijo un poco angustiada

 

-          Por Dios, creo que necesito sentarme - dijo mientras se tomaba la cabeza

-          ¿Se siente bien Señora Becker?- pregunto Candy llevándola a una sala que estaba cerca

-          Si me siento bien bastante bien pero… esto es algo que no me esperaba

-          Perdón es mi culpa - trato de reconfortarla

-          No claro que no hija, es que venía a ver a Susana y me topo contigo, que por supuesto me da mucho gusto verte - la tomo de las manos - ¿me permites darte un abrazo?

 

 

A Candy le sorprendió mucho su petición - Claro que si Sra. Becker - ambas mujeres se abrazaron un momento

 

-          No tienes idea cuanto te ama Terry - dijo mientras se separaba de Candy

-          No me diga eso por favor es tan difícil - Candy estaba a punto de romper en llanto

-          Hija- le tomo su rostro - necesitan verse y hablar, aclarar muchas cosas porque Terry tiene la cabeza llena de tonterías

-          ¿Pero porque?

-          Los diarios, tu y el Sr. Andley

-          ¿Cómo? Pero el también creyó lo de los diarios – dijo molesta

-          Si ya lo conoces es tan celoso, pero yo le insistí y le dije que eran tonterías

-          Pues si él lo cree, yo no tengo nada que aclararle - dijo Candy contundentemente

-          No Candy por la deseperación el mismo no sabe ni que pensar

-          Lo siento Sra Becker pero no por el momento es algo que no puedo prometerle

-          Está bien hija como gustes - dijo algo triste - me tengo que ir Terry me pidió que visitara a Susana y pues le prometí que lo haría

-          Si adelante ella amaneció mucho mejor - asintió la joven

-          Entonces ¿si conoces su caso?

-          Si de hecho yo asistí en la operación

-          ¿Cómo? - dijo incrédula Eleonor llevándose la mano a la boca

-          No supe que era ella hasta que la vi en el quirófano, la vi tan débil e indefensa, hice lo mejor que pude para que ella saliera bien

-          Candy - dijo bajando la cabeza - es que esta es una mala broma del destino verdad, no es posible que cargues con tanto tu sola hija no, no es justo - la mujer tomo asiento de nuevo y rodaron lagrimas por su mejilla

-          Pero Señora. No llore estoy bien es mi trabajo y lo hago con gusto

-          Tienes un gran corazón, ahora entiendo porque te ama tanto mi hijo

-          Solo hago mi trabajo y lo hago con gusto

-          Lo sé, Candy eres una chica admirable

-          Gracias Sra. Becker – dijo la chica

-          Hija – le tomo su mano – quisiera pedirte algo

-          Claro lo que sea – dijo al instante

-          Sabes el sábado hare una pequeña fiesta para festejar mi cumpleaños

-          De verdad felicidades – se alegro la joven

-          Me gustaría que me acompañes, Terry no va a estar y ahora que te veo quisiera hacerme acompañar de una mujer que se que conoce muy bien a mi hijo y así me sentiría como si él estuviera presente

-          Pero señora si el llega…

 

 

Eleonor la interrumpe - el esta de jira no va a estar hija te lo aseguro

-          Está bien la acompañare

-          Dame tu dirección y hare que el chofer vaya por ti

-          Estoy quedándome aquí mismo en los dormitorios - indico la joven

-          Hay algo más si es que puedes, me gustaría si tienes tiempo por la mañana que me acompañes de compras

-          Como ¿yo con usted? - pregunto con sorpresa Candy

-          Bueno es que nunca tuve una hija y para mi seria como un regalo convivir contigo ese día

-          Ho pues, me halaga verdaderamente, y si es posible que la pueda acompañar

-          Perfecto - dijo la dama sonriendo - entonces a las 11 mando a mi chofer por ti

-          Está bien - ambas mujeres se despidieron

 

Durante el trayecto a la habitación de Susana, Eleonor pensaba en lo que acababa de pasar, por fin el destino estaba jugando a favor de los jóvenes, sería posible que se encontraran y pudieran arreglar sus asuntos no lo sabría pero ella ya estaba haciendo su parte para que esto pasara, sabía bien que Terry no la dejaría sola en su cumpleaños así que ese día podría verse con Candy.

 

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