Vistas de página en total

Bienvenidos a esta ventana en donde quiero mostrar algunas cosas que elaboramos, esperando puedan servir un poco en algunos de sus proyectos, y compartir ideas, consejos y experiencias, espero lo disfruten.







martes, 5 de abril de 2016

CAMINOS DEL DESTINO CAPITULO 2


CAMINOS DEL DESTINO

POR: SHELSY

 

CAPITULO 2

 

Un lugar místico y un regreso a casa con nostalgia.

 

Por la mañana viajarían por el país visitando las ciudades más importantes; en Bombay visitaron Jama Masjid, en Amristar el Templo Dorado, en Nueva Delhi Jantar Mantar, los Jardines Lodhi y la Tumba de Hunayun, después viajaron al Himalaya visitando el Lago Pangong Tso y el Tibet finalmente visitaron Agra conocieron el Fuerte Rojo y el Taj Mahal y fue este sitio donde Candy comprendió muchas cosas sobre su amor por Terry.

 

Al entrar entendió como el amor puede traspasar las fronteras del tiempo, de la vida y de la misma muerte. Se sentía tan extraña en aquel lugar, sentía dolor pero al mismo tiempo mucho amor, sentía soledad pero a la vez compañía, pena pero a la vez mucha alegría, no había palabras solo aquella mística energía y fuerza que desprendía la pureza de su mármol blanco, sentía un arrebatador torbellino interno que le impulsaba a gritar en silencio y al mismo tiempo a callar gritando, a reír con el pero también a llorar con él , no entendía como aquel monumento podía expresar el complejo y abstracto termino amor sin palabras, ni sonidos, ni gestos.

 

Albert noto a Candy envuelta en sus sentimientos tan frágil y delicada que se acerco a ella y la abrazo tiernamente – ¿Sabes porque este monumento significa puro amor eterno?, quien se acerca para admirarlo no puede evitar sentirlo no solo en la piel sino en el alma.

 

-       Si es algo extraordinario es tan místico estar aquí, ¿cuál es la historia de este lugar Albert? –pregunta Candy

 

-       Veras, sucedió en el siglo XVI cuando Sha Jahan paseaba por un bazar, entre los puestos miro una joven que le robo el corazón en ese instante, Arjumand era una mujer de gran belleza que el joven no se atrevió a decirle lo que había sentido al verla, pasaron 5 años un matrimonio y dos hijos y decidió ir a buscarla ambos jóvenes demostraron su amor y el padre de Sha Jahan consintió en el matrimonio la joven fue conocida como Mumtaz Mahal que significa Elegida del Palacio, el amor de ambos jóvenes parecía no tener límites, se demostraban su amor a cada momento, ella lo acompañaba en las campañas militares y el no dejaba de hacerle regalos y cuidarla en los descansos de cada batalla. Al morir el emperador Sha Jahan subió al trono, después de 12 hijos llego la desgracia a sus vidas, estando él en el campo de batalla de Burhanpur fue avisado que el parto de su amada se había complicado, dejo todo para estar a su lado, pero nada se pudo hacer Mumtaz Mahal murió al dar a luz a su hijo. La vida del emperador quedo vacía para siempre se encerró en el Fuerte Rojo, allí paso sus últimos años, pero antes ordeno construir al otro lado del rio un mausoleo para su amada que perdurara en el tiempo como muestra de su amor eterno, tarde a tarde miraba como iban construyendo el monumento, 18 años más tarde fue terminado y los restos de Arjumand fueron trasladados al mausoleo, cuando Sha Jahan murió también fue enterrado aquí mismo donde ambos pueden descansar juntos para siempre.

 

Candy con su mente perdida en ese lugar, el corazón encogido y las lágrimas a punto de saltar continuó caminando admirando aquel recinto del amor. Caminaron por los jardines admirando la naturaleza que los rodeaba y terminaron con su recorrido, ese sería el último lugar que visitarían, al siguiente día por la mañana se trasladaron nuevamente a Goa para abordar el barco que los llevaría a América.

 

Durante el trayecto Candy permanecía con su mirada perdida en el mar como si quisiera que él le diera un consejo respecto a su futuro,  si hacia unos días había comprendido que su amor por Terry era como el Taj Mahal puro y eterno, pero no sabía con seguridad lo que estaba pasando con él, Albert notaba a la pecosa ausente, sin embargo no quiso incomodarla con interrogatorios, también se dio cuenta de sus sentimientos en aquel lugar místico, sabía que Candy no había logrado olvidar por muchos esfuerzos que hacía por mantenerse optimista y sonriente.

 

Durante la cena hablaron sobre los planes que tenían para su futuro, Albert sabía que una vez en América su vida sería mucho más absorbente, no podría estar mucho tiempo al pendiente de la rubia sin embargo la apoyaría en todo lo que ella decidiera.

 

-           Candy escucha, a partir de hoy van a cambiar muchas cosas posiblemente nos veamos poco, pero quiero que elijas lo que desees hacer y donde tú lo desees la familia te apoyara en todo momento.

 

-          Gracias Albert, ya sé lo que quiero te lo aseguro- dice la rubia sonriendo

 

-          Eso me alegra, ¿cómo te sientes ahora?

 

-          Mucho mejor, te agradezco todo lo que haces por mí, y también la oportunidad de viajar contigo

 

-          Quise hacerlo ya que posiblemente mis viajes de placer se reduzcan a viajes de negocios, George ha sido muy claro conmigo al decirme que he tomado ya bastantes vacaciones y no le puedo replicar nada- ambos sonríen alegremente-  eres mucho más hermosa cuando sonríes- dice el caballero

 

-          Gracias mi querido amigo- dice la rubia

 

Continuaban con su cena en el barco la orquesta comenzaba a tocar un hermoso vals y Albert no hizo esperar para bailar con la joven.


-          Candy gustas bailar, hagamos Honor al Emperador

Candy con una sonrisa acepto mientras bailaba con Albert no pudo evitar recordar aquel día en el Festival cuando bailaba con Terry, cerro sus ojos y se dejo llevar por las hermosas notas.

Dos días después tocaron tierra en el puerto de Boston donde los recibieron George, Annie, Archie y la abuela Martha, en esta ocasión Paty no pudo acompañarlos ya que se encontraba en Chicago y tenia examen para titularse de maestra. Al bajar por la escalinata del barco Candy alcanzo a distinguir a sus amigos y alzaba su mano en señal de saludo, al llegar se saludaron y abrazaron cariñosamente, luego se trasladaron a la casa de la abuela Martha donde descansaron para tomar el tren a la mañana siguiente.

Annie con mucho entusiasmo por su amiga le dice - Cuéntame Candy ¿cómo es India? dicen que está lleno de hermosos monumentos y los mercados son inmensos.

-          Si Annie hay mucha arquitectura, y en los mercados puedes encontrar muchísimas cosas que ni te imaginas, precisamente te traje esto –Candy pone un estuche negro en las manos de Annie.

 

-          Pero Candy no te hubieras molestado – al abrirlo ve un hermoso brazalete de oro con incrustaciones en jade de color verde y unos pendientes a juego con el brazalete- Pero es precioso de verdad me siento algo apenada es demasiado para mí.

 

 

-          Tranquila Annie me gustaría que lo uses en la próxima fiesta que tengamos, y mira este- abriendo un estuche con una gargantilla en perlas, con unos pendientes- es para Paty, ¿crees que le guste?

 

-          Por supuesto es hermoso- debiste gastar una fortuna en todo esto

 

 

-          Bueno- dijo un poco sonrojada- Albert pago jeje- ríe graciosamente

 

-          Todo es bellísimo. Y tú que te compraste

 

 

-          Bueno yo traje algunas telas de seda natural son hermosas y Albert me regalo un juego de joyas también – Candy saca un estuche grande y lo abre mostrando una hermosa gargantilla con esmeraldas junto con unos pendientes y un brazalete- dijo que mis ojos eran del mismo color e insistió para que aceptara el regalo, sé que es demasiado pero te juro que insistió y por eso lo acepte.

 

-          Candy, creo que Albert haría cualquier cosa por verte feliz, sinceramente pienso que te hace tantos regalos porque siente algo mas por ti ¿no lo crees?- pregunta divertida

 

 

-          Noo claro que no él sabe muy bien que lo quiero como un hermano mayor además también sabe lo mucho que significo Terry en mi vida  -Al decir esto los ojos de Candy se tornan tristes.

 

-          Candy ¿no lo has olvidado aún? – Se paro para abrazarla – amiga quisiera hacer cualquier cosa para que ya no sufras por él.

 

 

-          Annie – Candy se separa y toman asiento las dos amigas- tengo que confesarte que fue una tontería aquella promesa de que sería feliz, pero desde entonces he sido tan desdichada.

 

-          Ustedes pensaron en Susana y dime quien pensó en ustedes porque Susana pensó solo en ella es una egoísta y una chantajista – Annie lo dijo visiblemente irritada

 

 

-          Annie es que si tú hubieras visto a Susana tan delicada e indefensa tendida en esa cama y condenada para siempre a una silla de ruedas lo entenderías-dijo justificándola

 

-          No no Candy, no puedo entender ni comprender siempre he sido bien portada hago todo lo que es correcto y nunca replico pero ante esto no me quedare callada.- dijo molesta

 

 

-          Creo que es mejor no hablar de esto es difícil y doloroso para mi te lo pido por favor.

 

-          Está bien Candy lo siento no debí ponerme así pero cuando te miro sufrir no puedo entender te pido disculpas y prometo no opinar mas.

 

-          No te preocupes mejor veamos por aquí tengo algunos regalos que compramos para los niños del Hogar.

Las dos jóvenes estuvieron mirando todo los obsequios y Candy le platicaba a Annie sobre sus experiencias en la India, después cenaron todos juntos y se retiraron a descansar para salir temprano hacia Chicago. Salieron muy temprano a la estación de tren donde la abuela Martha los despidió, por la noche el tren estaba llegando a Chicago y Paty y George los esperaban, Paty deseaba tanto platicar con su querida amiga y darles a todos la noticia de que ya era Maestra Titulada.

-          Hola Candy, Sr. Andley bienvenidos nuevamente, Annie Archie que tal tenia ansias de verlos a todos me sentí un poco sola estos días sin mis amigos.

 

-          Bienvenidos Sr. Albert, Candy- saluda George conservando su formalidad

 

-          George que gusto verte- saluda Albert

 

-          Hola Geroge- saluda la rubia luego se dirige a su amiga- Hola Paty – Candy abraza a Paty- y bien dime ¿ya eres maestra?

 

-           Si me moría de ganas por contarles- dice entusiasmada la joven

 

-          Felicidades Paty enhorabuena – le dice el caballero rubio.

 

-          Paty que alegría ahora podrás dar clases en el Hogar de Pony – dice Annie.

 

-           Muchas felicidades Paty, Stear estaría muy orgulloso.- dice Archie

 

-          Gracias Archie en donde quiera que él se encuentre seguro está muy contento.

 

-           Bueno entonces vamos a la mansión la tía abuela debe estar esperando- dijo Albert

Todos abordaron dos coches para llevarlos a la mansión Andley, dentro estaba la tía abuela esperándolos con una suculenta cena, había hecho también preparativos para dar una fiesta de Bienvenida para Albert y Candy, se había esmerado para que todo saliera a pedir de boca.

Esa noche Candy por fin descanso de tanto viaje estaba completamente cansada, por la mañana despertó algo tarde, cuando bajo al comedor ya todos habían desayunado, la casa estaba llena de gente que iba y venía con flores, mesas, sillas, manteles y cristalería fina, fue hacia la cocina que también estaba muy ocupada por cocineras que preparaban suculentos platillos y deliciosos pastelillos, - Caramba pero parece como si fueran a recibir a una rey o un embajador –  lo dijo  llevándose sus manos a la cara al ver tanta gente en la casa. Doroty que estaba ahí le dijo – tal vez no es un embajador ni un rey pero si una princesa y un príncipe no lo crees Candy.

-           Ho Doroty siento que está echando la casa por la ventana la tía abuela tan solo por haber vuelto de viaje.

 

-            Candy la Señora Elroy solo quiere apapacharlos un poco, estos meses que estuvieron fuera se le veía un poco triste, siento que los extraño muchísimo.

 

-           Bueno creo que mas a Albert que a mi

 

-           No Candy, ella te ha tomado  mucho cariño además ya se arreglaron los problemas entre ustedes.

 

-           Si han cambiando muchas cosas, oye Doroty no tendrás un pastelillo por ahí me muero de hambre

 

-          Claro que si perdón pensé que todos habían desayunado no sabía que faltabas tu lo que pasa es que no serví yo lo hizo una de las muchachas.

Un poco apénada le dice Candy – lo que pasa es que me levante un poco tarde pero es que me sentía muy cansada.

Doroty sentó a Candy en la mesa y le sirvió un poco de fruta, pan y te. Durante la mañana la rubia pudo desempacar y descansar un poco antes de la fiesta. Pronto llego la tarde y algunos invitados empezaban a llegar a la mansión,  Candy se encontraba en su habitación dando los últimos toques a su arreglo, había elegido un hermoso vestido en color verde olivo en raso, entallado hasta las rodillas y con un poco de vuelo en la parte de abajo que resaltaba su hermosa figura con tablones en shifon en la parte de atrás y que se veían en toda la parte de abajo, con escote amplio que hacia lucir las joyas que Albert le había obsequiado, recogió su cabello dejando su espalda descubierta. Era una mujer muy hermosa y lo sabia pero no estaba interesada en conquistar a nadie. Un momento después alguien llamaba a su puerta.

-          Pase está abierto.

 

-          Candy wow te ves increíblemente hermosa- dijo Archie con grandes ojos.

 

 

-          Gracias primo tu también estas muy elegante.

 

-          Gracias Candy pero tu simplemente eres un sueño

 

 

-          Vamos Archie solo soy yo, la misma pecosa que trepa arboles.

Ambos ríen divertidos – Bueno pase para ver si ya estabas lista para bajar juntos.

-          Claro vamos, - Archie le ofreció su brazo y ambos bajaron al salón que estaba casi lleno.

 

-          Mira por allá esta Albert, pero no veo a Annie ¿no habrá llegado aún?

 

 

-          Me dijo que llegaría temprano- dijo el caballero de ojos color avellana

 

-          Bueno tal vez se atraso un poco, aparte venia con sus padres así que esperemos

 

 

-          ¿Te parece si abrimos el baile nosotros? – Dijo Archie al escuchar a los músicos tocar.

 


 

-          Me parece muy buena idea.

 

Al terminar la pieza Archie distinguió a Annie entre la gente y se dirigieron hacia ella, Annie se veía un poco seria, no podía evitar sentir celos ya que cuando estuvieron en el Colegio San Pablo sabia que él sentía algo hacia Candy, sin embargo también sabía que Candy lo miraba como un amigo.

 

-           Annie ¿por qué no llegabas? – le dice Archie besándole la mano- te ves muy hermosa parece que se pusieron de acuerdo tu y Candy para arrebatar suspiros a los caballeros presentes

 

-          Archie siempre tan galante- le dice Annie un poco sonrojada

 

-           Vamos Annie te ves muy hermosa vayan a bailar diviértanse yo voy por unos pastelillos- dice Candy guiñándoles un ojo

 

Al ir camino a la mesa de bocadillos, ve a lo lejos a Paty quien estaba alejada de todos-¡Paty!-dice la rubia - pero ¿qué haces aquí? deberías estar con los demás

 

-            Sabes Candy, hay días que extraño mucho a Stear y hoy es uno de esos días- dice la joven un poco triste

 

Candy se acerca y la abraza- Yo también lo extraño, pero creo que no le gustaría verte aquí lejos de todo mundo, aparte luces muy hermosa.

 

-          Vamos Candy- dice algo apenada- lo dices porque eres mi amiga

 

-           lo digo porque lo eres- Sonrió la rubia

 

 

Ambas jóvenes salieron hacia el gran salón y un elegante caballero se acerco invitando a Paty a bailar, Candy se sintió realmente contenta con el gesto del caballero, en otro lado del salón Albert no dejaba de mirar a Candy, aunque se mantenía ocupado atendiendo a varios empresarios que lo rodeaban como abejas a la miel, al mirarla sentía una necesidad de correr a su lado y abrazarla, pero al entender lo que le pasaba se sentía avergonzado ya que le tenía mucho aprecio a Terry y sabía que aun seguían amándose, cuando logro zafarse de las personas que lo seguían fue a invitar a Candy a bailar.

 

-          Hermosa dama me concede el Honor de esta pieza – Albert se inclino hacia Candy,  gesto la hizo vibrar.

 

-           Claro que si caballero

 


 

Ambos caminaron hacia el salón y Candy se dejo llevar por la música, siendo el centro de atención de los asistentes que los miraban con expectación, ya que Albert siempre se veía acompañado de la hermosa rubia. Y los rumores corrían pronto por todas partes. Sin embargo fue una gran fiesta que dejo a todos con un agradable sabor de boca.

No hay comentarios: