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Bienvenidos a esta ventana en donde quiero mostrar algunas cosas que elaboramos, esperando puedan servir un poco en algunos de sus proyectos, y compartir ideas, consejos y experiencias, espero lo disfruten.







miércoles, 6 de abril de 2016

CAMINOS DEL DESTINO CAPITULO 8


CAPITULO 8

 

Fantasmas y Secretos

 

Como siempre al día siguiente Terry salió al teatro a ensayar, si el carácter de aquel joven era difícil ahora seria mas, su mirada se torno amarga, su voz fría, luego se dirigió con Susana para llevarla a sus terapias, después salió de nuevo al teatro donde se encerró en su camerino durante el resto del día.

 

Durante los ensayos Terry se transformaba, era la manera de escapar de la realidad, durante los días siguientes a su decisión permanecía de mal humor con su mirada vacía y con un semblante rígido, Susana noto el cambio de Terry y se atrevió a preguntar la razón por su cambio de humor una tarde después de terminar sus ejercicios.

 

-          Terry ¿te quedas a cenar?

-          No - respondió secamente

-          Hace días que te noto diferente, ¿te pasa algo? - pregunto con curiosidad

-          Susana con el respeto que me mereces ese no es asunto tuyo - dijo secamente

-          Está bien, no tienes por qué ser tan grosero al contestar - replico

-          Entonces te pido mantenerte al margen de mis asuntos - la miro desafiante

-          Pero se supone que soy tu prometida - replico la joven

-          Si lo eres, pero no por mi voluntad sino porque te di mi palabra - dijo friamente

-          Pero nos casaremos pronto

-          Lo sé no necesitas recordármelo, así se hará y si no se te ofrece algo más me retiro -  Terry se había vuelto más frio, camino hacia la puerta y antes de salir se dirigió a Susana - el que me case contigo no significa que cumpliré mis deberes conyugales ni que un día llegue a amarte, ten eso muy claro Susana- cerró la puerta y salió de ese lugar dejando a Susana con un nudo en la garganta, la joven rompió en llanto no podía ser más cruel la realidad a la que se enfrentaba, pensó que después de tanto esfuerzo y de haber pasado tanto tiempo juntos jamás podría llegar a amarla como ella lo deseaba.

-          Hija se fue tan rápido tu prometido -  pregunto la Sra. Marlow al entrar en la sala

-          Si se fue - dijo con la voz entrecortada

-          ¿Qué pasa Susana estabas llorando? ¿Te duele algo, necesitas algo? - preguntó angustiada

-          No mama, lo que me pasa no se alivia con pastillas ni con dinero ni siquiera con la compañía de Terry.- grito Susana

-          Hija, ¿discutieron, le molesto algo? - continuo preguntando

-          No, es solo que no me quiere nunca me querrá, está conmigo por obligación y por lastima - dijo amargamente

-          Vamos hija no te abandonara se va a casar contigo, ¿que mas quieres? - trato de consolarla

-          ¿Que mas madre?, estos años han sido vacios para mi aun si viene a verme no lo hace con gusto, si así va a ser el resto de mi vida prefiero no casarme - Susana seguía llorando

-          No hija que sería de nosotras-dijo angustiada

-          Solo te importa eso, ¿no piensas un poco en mi? -  grito la joven

-          Susana por favor entra en razón no vuelvas a pensar en esas locuras

-          Madre déjame sola por favor - dijo llorando

-          Está bien pero no pienses mas hija

 

Susana se quedo sola pensando seriamente en lo que quería hacer de su vida y en cómo podrían cambiar las cosas si ella comenzara a tomar sus propias decisiones, pero no era muy alentador su futuro, en que podría trabajar si lo único que podía hacer era actuar y en su estado no había muchas posibilidades de conseguir un papel aunque fuera secundario, necesitaba apoyo pero su madre estaba empecinada en ese compromiso lo que la ponía en una situación muy difícil para tomar decisiones, pensó que después de la operación podrían cambiar las cosas así que decidió esperar hasta entonces.

 

Al llegar el viernes Terry se dirigió a casa de su mama como de costumbre, si con alguien podía desahogarse era con ella y aunque se esforzó en ocultar su amargura su madre percibió el estado de ánimo de su hijo.

 

-          Emily buenas noches ¿y mi madre?

-          Se encuentra en la salita de estar joven lo está esperando - le indico el ama de llaves

 

Terry fue a buscar a su mama la encontró muy concentrada leyendo un libro, se acerco sigilosamente para sorprenderla - ¡Ay! – lanzo un fuerte grito Elenor, Terry estaba a carcajadas por el susto que le había dado a su madre

 

-          Terry como te atreves, soy tu mama debes de respetarme - dijo tratando de parecer molesta

-          Perdón mama pero es que sentí un impulso por divertirme un poco – dijo aun riendose

-          Si pero no a mis costillas hijo, me diste tremendo susto - lo reprendió

-          Jajajja - Terry continuaba riéndose - vamos mama ríete te viste muy graciosa

-          Jajaja – también reía su madre, pero percibió su tristeza - hijo ¿sigues triste?

-          Eleonor ¿acaso eres bruja? Porque siempre sabes lo que estoy pasando

-          No soy bruja soy tu madre eso es suficiente, dime ahora ¿qué es lo que te pasa con Candy ahora?

-          ¿Cómo sabes que se trata de ella?

-          Quien más hijo, o ¿acaso es Susana?

-          No, no, Susana es lo de menos en este momento

-          Entonces cuéntame, te escucho

-          Hace ya algunos días vi una foto de Candy con Albert, estaba tan bella y no parecía que fueran solo amigos

-          Ho, pensé que no la verías - dijo lamentandose

-          ¿Cómo?- Terry pregunto sorprendido - tu viste la foto ¿y no pensabas decírmelo?

-          Hijo no te pongas asi, vi la foto siempre leo los diarios, y no quería decirte nada precisamente por eso.

-          Pero ¿por que? tengo derecho a saber, pero bueno dime entonces si no tengo motivos para sentir esta rabia y estos celos - dijo empuñando las manos

-          No lo sé, tú mejor que nadie sabe que esos fotógrafos se valen de artimañas para inventar chismes y poner las fotos de manera que parezcan cosas que no son.

-          Pero viste la foto no se ve que este movida ni mucho menos, le está tomando el rostro y yo los vi en Chicago ella estaba feliz bailaba con el.

-          Terry tu foto con Susana también salió en todos los diarios, acaso pensaste en que Candy la vería y sufriría al verla

-          Es diferente ella sabe que no amo a Susana -  se excuso

-          Pero aun así te vas a casar es un hecho la noticia circula en todas partes del país

-          No, es diferente ella sabe que lo de Susana es una obligación, además las fotos son diferentes.

-          En verdad - dijo irónicamente Eleonor

-          yo no iba a besar a Susana, y ellos tal vez se besaron

-          Vamos Terry, si la hubiera besado crees que no hubieran publicado mejor una foto asi, si algo se es que los periodistas son amarillistas, cuantos amantes me han inventado, cuantas relaciones con hombres, son chismes además con lo de la guerra es mejor leer estas noticias que las de muertos y mutilados

-          No madre se veían muy felices, creo que ella disfrutaba estar a su lado, también en la fiesta donde la vi estaban felices y se decía mi amigo, claro en cuanto la vio sufrir no dudo en consolarla, se aprovecha porque Candy es generosa y noble, lo que no entiendo es cómo es que acepto estar con él.

-          No te llenes la cabeza de cosas hijo, no piensas que es una mentira, que tal que estas equivocado, la estas juzgando sin razón y al Sr. Albert también

-          No además ya tome una decisión, voy a olvidarla, si ellos son felices también buscare mi felicidad-dijo determinadamente

-          Claro ¿con Susana? Creo que te estás volviendo loco entonces.

-          No con Susana no, pero buscare una mujer que me ame

-          Hijo se te olvida algo importante y es que ames tu,  no que te ame solamente

-          Madre - la miro lleno de tristeza - como podre amar a alguien que no sea Candy - su madre se acerco y lo abrazo tratando de consolarlo

-          Hijo se que sufres, pero recuerda que ya estas comprometido, ella lo sabe ya, ¿porque la sigues culpando solo a ella?

-          Porque no supo luchar por nuestro amor, se marcho sin escucharme - dijo lleno de dolor

-          Y porque no la alcanzaste tu en la estación del tren, tuviste suficiente tiempo - le replico

-          Tenía que esperar, Susana estaba decidida a cometer una locura , no podía dejarla sola

-          Pero entonces dejaste sola a Candy, tal vez ella pensó que era lo mejor, ya que no la buscaste

-          Como la iba a buscar necesitaba ordenar mis pensamientos - dijo desesperado

-          Hijo para que pensar en lo que hubiera pasado, ya son 2 años, ella tiene derecho a ser feliz, tu le pediste que fuera feliz

-          ¿Pero con Albert?, era mi amigo y se atrevió a poner sus ojos en ella - dijo apretando los puños

-          Eres tan terco, tú mismo te estás llenando la cabeza de ideas

-          Ya tome la decisión voy a comenzar de nuevo la olvidare mamá, por favor te pido que no volvamos a mencionar mas su nombre.

-          Pero Terry

-          Nada de peros, te lo pido por favor

-          Está bien eres igual de testarudo que tu padre, no hablare de Candy frente a ti, pero no significa que la tendré en el olvido yo también.

-          Gracias es suficiente para mi

-          Bien entonces pasemos al comedor

Terry y su madre cenaron silenciosamente, Eleonor no entendía porque Terry tomaba decisiones tan drásticas y apresuradas, tal vez ya estaba cansado de esperar y ver que las cosas no cambiaban, tal vez Candy también había decidido comenzar de nuevo, lo único que ella podía constatar es que su hijo seguía amando a esa chica, le dolía el sufrimiento de su hijo y lo mejor que podía hacer era apoyarlo en sus decisiones.

En Chicago también los diarios publicaron la tan polémica foto de Candy y Albert, los chismes no se hicieron esperar, por el Hospital todos comentaban sobre la publicación, Candy era blanco de habladurías y eso la aturdía sentía las mirados por donde quiera que ella caminaba, su amiga Sara le llevo el periódico sorprendida de la noticia.

-          Candy, ya leíste todo lo que dicen, ¿acaso es verdad?- pregunta divertida

-          No Sara por supuesto que no lo es, no entiendo como inventan historias y la gente todo lo cree-dice en un gesto de enfado

-          Si me lo supuse, perdón pero es que la foto es tan obvia, cuando la vi no supe que pensar

-          Todo eso es una mentira, Albert es para mí como mi hermano mayor y no me interesa lo que la gente diga, lo que me preocupa es que él es muy conocido en Chicago- dice angustiada

-          Si y se ve muy buen mozo me sorprende que no te llame la atención un poco-dijo pensativa

-          ¿Cómo Sara que estás diciendo? – se dibujo una mueca en su rostro

-          Pues se ve que es muy interesante es lo que percibo de la foto, ha claro y a ti jajajaj- se burlaba de su amiga

-          No es nada divertido esto, solo espero que con los días se pase

-          Tómalo por el lado bueno, la gente no habla de la guerra por el momento

-          Bueno si eso es un consuelo- dijo un poco apesarada

-          El que no se creyó nada fue Frank, estaba conmigo cuando vimos el periódico, y simplemente lo tomo y dijo que los periodistas no hallaban que publicar

-          De verdad eso dijo

-          Sí, creo que te está conociendo bien Candy

-          Vaya alguien que cree en mi

-          No seas negativa yo también creí además pronto se pasara no te preocupes

Ambas chicas continuaron con sus labores, Candy opto por no tomar mucha importancia a los comentarios que se hacían, sin embargo le preocupaba que Albert anduviera envuelto en habladurias, así que decidió ir a visitarlo para platicar al respecto. También pensaba en Frank y el gesto de no haber creído lo de los diarios, quería verlo pero durante ese día no tuvo oportunidad de buscarlo ni habían coincidido en el Hospital, al terminar su turno fue a la mansión para buscar a Albert. Candy toco la puerta y Doroty le abrió.

-          Candy que sorpresa no te esperábamos, pasa adelante- le invito el ama de llaves

-          Hola Doroty, ¿se encuentra Albert?-pregunto la rubia

-          No, ayer salió de viaje, volverá pronto fue a Miami a ver lo del Hotel con el Sr. Legan

-          Pero no aviso que saldría de viaje- dijo pensativa

-          Ya lo conoces Candy, pero el viernes está de regreso.

-          Y la tía abuela ¿está en casa?

-          Si se sitio un poco cansada y se fue a recostar, Archie también se encuentra, está en la biblioteca

-          Iré con Archie, luego subiré con la tía abuela-indico la rubia

 

Candy se dirigió a la biblioteca, Archie estaba muy adentrado revisando algunos documentos y a un lado el tan mencionado periódico.

 

-          Hola Archie- saludo la rubia-¿interrumpo algo?

-          No por supuesto que no, pasa siéntate, jamás interrumpes- dijo gratamente

Candy tomo asiento y observo el periódico que estaba a lado, se sentía un poco aturdida y preparada para un buen regaño de la tía abuela Elroy.

-          ¿Porqué no avisaste que vendrías? hubiera pasado por ti

-          Es que ni siquiera tenía planeado venir, pero es que … - miro el periódico y lo tomo en sus manos- con los rumores que circulan sentí que necesitaba venir a dar una explicación

-          No digas eso, tú no tienes porque dar explicaciones, son los periodistas que no hallan que publicar- le dijo tranquilizadoramente

-          La tía abuela ¿ya lo sabe?- pregunto un poco perturbada

-          Si desde ayer por la mañana cuando leyó la nota

-          Oh por Dios debe estar furiosa, tal vez por eso se sintió indispuesta- dijo bastante preocupada

-          No te niego que se molesto bastante, pero afortunadamente entro en razón, nada de esto es culpa tuya o de Albert, solo es un escándalo más para que la burguesía de Chicago se entretenga.

-          Me siento tan mal Archie, quisiera hacer algo para enmendar un poco este asunto- dijo preocupada

-          No te sientas así, pude ser yo o cualquiera, así pasa a veces- trato de reconfortarla

-          Iré a verla espero que no me expulse una vez mas de la familia- dijo con una expresión de culpa

-          Veras que no ella está tranquila ahora

Candy respiro hondo y subió a ver a la matriarca de la familia, toco a la puerta y una voz dentro indico que pasara.

-          Tía abuela, ¿cómo se siente?- pregunto un poco temerosa la rubia

-          Eres tú- dijo un tanto apesarada- me siento bien, pero pasa niña no te quedes ahí parada.

-          Si, - Candy tomo asiento a un lado de la anciana- tía abuela ya se imaginara a que vengo

-          Así es Candy cuando te vi lo supuse, no tengo nada que decir al respecto

-          Pero es que necesito explicarle, nunca hubiera imaginado que pasaría algo así

-          Hija, entre mas creces son más complicadas las cosas, antes cuando eras aun niña tal vez tus actos no tenían consecuencias o eran mínimas, pero entre mas creces hay cosas que toman más importancia, es necesario ser más cuidadosos con lo que hacemos o tal vez nos encuentren en situaciones un tanto incomodas, pero no te preocupes esto se pasara.

-          Y Albert lo sabe tal vez se sienta mortificado siendo un hombre de negocios

-          Albert es muy parecido a ti, no le interesa lo que la gente diga, así que no tienes porque mortificarte por él.

-          ¿Está segura que se siente bien tía abuela?, la puedo revisar- pregunto Candy preocupada

-          Si estoy bien me sentí un poco cansada eso es todo

Candy le tomo la frente para sentir su temperatura- Pero tía abuela tiene un poco de fiebre, le pediré a Doroty agua y unas toallas, me quedare esta noche para cuidarla

-          Pero Candy no te molestes, Doroty puede cuidarme

-          Nada de peros, no dijo que quería que fuera la mejor doctora de Chicago entonces deje que esta doctora se haga cargo.

-          Está bien veo que eres un poco terca

-          Entonces voy por todo lo que necesito para atenderla, descanse hare que le suban un caldo de verduras para que cene.

-          Gracias Candy

La chica se levanto y se dirigía a la puerta, pero escucho nuevamente la voz de la anciana

-          Candy

-          Que pasa tía abuela - la chica se regreso acercándose a la mujer

-          Nunca te he pedido perdón por lo injusta que fui contigo, hablamos de lo sucedido pero realmente nunca te pedí perdón.

-          Por favor no tiene porque hacerlo - la chica se sentó sobre la cama tomando su mano

-          Pero yo necesito escuchar que me perdonas solo así me sentiré mucho mejor-insistio

-          Tía abuela si eso la hace sentir mejor entonces la perdono, pero hace mucho tiempo que lo hice - le sonrió

-          Gracias, necesitaba escucharlo de ti hija

-          Bueno entonces en un momento más regreso

La chica salió de la habitación sintiendo su alma mucho mas aliviada, la conversación con la anciana la reconforto, saber que era aceptada y querida por el único miembro Andley que siempre le había mostrado frialdad y rechazo, al fin había logrado ablandar su corazón, poco tiempo después Candy volvió con una palangana con agua y toallas.

-          Veo que se termino su caldo, es una paciente muy obediente

-          Vamos Candy no me trates como una niña, solo que me quiero recuperar pronto

Luego remojo una toalla y la coloco en la frente de la mujer

-          Hija ¿quiero preguntarte algo? – le dice mirándola fijamente

-          Claro que si dígame

-          ¿Qué paso con el joven de Londres?, lo conociste en el colegio ¿no es así?

Candy palideció un poco y tomo aire para contestar, nunca imagino que la tía abuela tocaría ese tema con ella – pues nos dejamos de ver tía- lo dijo con un gesto de tristeza.

-          Y lo amaste mucho verdad - lo dijo mirando a la chica

Candy no pudo ocultar su dolor sus ojos se vidriaron y volvió a tomar aire – pero tía ¿por qué me dice eso?

-          Porque soy vieja no ciega y aun lo amas

-          ¡Tía! – un tanto sorprendida con las palabras de la anciana

-          Candy te voy a dar un consejo y quiero que no lo eches en saco roto, lucha por lo que amas mírate en un espejo no esperes a envejecer sola y amargada por no haber hecho el intento.

-          ¿Por qué dice eso?, ¿Usted también amo a alguien tía? - se atrevió a preguntar

-          Te voy a platicar algo pero no quiero que lo cuentes a nadie entiendes

La chica asintió con la cabeza y la anciana comenzó con su relato

-          Tenía unos 17 años, siempre acompañaba a mi papa a la ciudad, en ese entonces vivíamos en Lakewood en la mansión, mientras él hacia negocios yo prefería ir al mercado, un día mire a un joven muy buen mozo, cabello castaño, moreno claro y ojos grises, bajando rejas con hortalizas de una carreta, las acomodaba en un pequeño puesto donde vendía toda clase productos del campo, desde ese día supe que jamás podría sacarlo de mis pensamientos, el también me miro pero trate de esquivarlo, cada vez que iba mi papa a la ciudad yo iba sin falta, inclusive si mi padre no iba yo misma salía claro acompañada de una dama de compañía- sonrió la anciana- me acercaba a buscar algunas provisiones siempre rozaba mis dedos con los suyos cuando le pagaba, era algo indescriptible tocar su piel aunque sea unos instantes, un día se decidió él y cuando le pagaba coloco un pedazo de papel en la mano, sentía que todo mundo se daría cuenta pero tan pronto llegue a casa lo leí en mi habitación, me pidió que fuera al lago por la tarde, estaba tan nerviosa ese día.

-          Y que paso tía abuela

-          Comenzó una hermosa amistad que pronto se convirtió en un noviazgo en secreto, si mi padre se enteraba me hubiera obligado a olvidarlo o me mandaría fuera del país no sabía lo que podría hacer, finalmente no sé ni cómo pero mi padre se entero, recuerdo que un día cuando volvía de verlo se  hizo más tarde de lo acostumbrado, al entrar en la casa ya me esperaba, se acerco y me abofeteo y ordeno que me quedara en mi habitación durante una semana, me encerró bajo llave, un día escuche ruidos fuera de mi habitación me asome por la ventana y ahí estaba el, como pude abrí la ventana necesitaba verlo y hablar con él, me conto que mi padre había mandado quemar su casa y destruir su cosecha, lo amenazo de muerte si no se iba de la ciudad, yo lloraba por él no era justo, me pidió que huyéramos juntos a California yo era tan joven que no supe que hacer, quedamos de vernos la noche siguiente en el lago y tomar el tren nocturno, me dijo que si no llegaba el de cualquier manera se marcharía, al día siguiente mi padre fue y hablo conmigo, me hizo ver que no tendría ningún futuro junto a él, que yo estaba acostumbrada a vivir una vida lujosa, a gastar en mis caprichos y asistir a fiestas elegantes, lo pensé durante ese día una y otra vez que era más importante para mí, mi posición o el amor de ese joven, finalmente llego la noche y permanecí en mi habitación hasta el siguiente día- la anciana no pudo evitar que sus ojos se inundaran de lagrimas- así fue como elegí quedarme viviendo cómodamente y renunciar al amor.

Conmovida por la historia Candy no pudo evitar llorar- pero ¿por qué hizo eso tía abuela?

-          Por mi inmadurez, por miedo, por creer que podía olvidar, es por eso Candy que quiero que me prometas que lucharas por tu felicidad.

Sus palabras resonaron en su cabeza – está bien tía abuela prometo que lo intentare

-          ¿Lo intentaras? Vaya eso ya es ganancia para mi

-          Tía abuela, ¿nunca volvió a saber de él?

-          Algunos años después me entere que se estableció en California, comenzó su negocio nuevamente haciendo lo que el sabia, su negocio creció y se convirtió en un importante distribuidor de productos del campo, se caso y formo una familia – concluyo la anciana fijando su mirada en la pared.

-          Lo siento mucho tía abuela, debió ser muy difícil para usted, y usted ¿porque nunca se caso?

-          En la vida te enamoras una sola vez, cuando una persona toca tu alma deja una huella imborrable en ti, yo perdí el interés y poco a poco me volví solitaria y amargada, cuando nació Albert se convirtió en mi mayor tesoro luego llegaron Anthony, Archie y Stear y mi vida tubo sentido de nuevo.

-          Ahora la entiendo y le pido perdón si alguna vez juzgue su manera de ser, quien imaginaria que cargaba con un dolor tan grande en su alma

-          Candy no seas dura contigo no tengo nada que perdonarte además, te voy a decir algo y espero no te enojes, con tu llegada volví a tener más vida, tus travesuras y pleitos con los Legan me entretenían mucho aunque pareciera que estaba demasiado enfadada reía por dentro - la anciana sonrió

-          Pero tía abuela, creo que usted es mejor actriz que cualquier famoso de Broadway

-          Jajaja Candy hay tantas cosas que tienes que aprender, la vida es la mejor maestra

-          Bueno creo que ya es suficiente por ahora, basta de charlas y a dormir, bajo la fiebre un poco, me quedare un rato mas poniendo las toallas húmedas, luego me quedare en el sofá para descansar un poco.

-          Gracias, entonces hasta mañana y espero que mi consejo te sirva hija

-          Claro que si buenas noches y hasta mañana.

 

Candy se quedo un buen rato atendiendo a la anciana, cuando hubo bajado la temperatura de la mujer se recostó en el sofá, sin embargo no podía conciliar el sueño la historia de la tía abuela la dejo muy pensativa – luchar por mi felicidad- se repetía – como podre hacerlo ahora que se va a casar mientras yo estoy aquí intentando vivir, tal vez si lo busco cuando vaya a Nueva York, oh no debo le prometí a Susana que no lo buscaría, Dios dame una señal porque no se qué hacer - pensaba la rubia sintiendo oprimido su corazón.

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